Mucho se le ha criticado a Julie Delpy por continuar la historia que iniciara en ’2 días en París’ con el acertado argumento de que la continuación de un proyecto menor, no merece una segunda parte y a priori es un comentario correcto. Cierto es que la que fue su segunda película como directora, no era precisamente ‘Antes de amanecer’, título en el que ella misma había participado una década antes y que ejemplifica el parangón de drama romántico bien trenzado y perfectamente desarrollado. No, ella optó por plasmar las influencias adquiridas como actriz en una comedia centrada en los problemas interculturales de una pareja (francesa ella, americano él) en un viaje relámpago a París. Unos cuantos años después, en su quinto trabajo como directora, revuelve la madeja de lo ya andado y retoma esa historia para plantar a la protagonista de entonces, en Nueva York, con otro novio (el cómico Chris Rock) en el papel de novio y con la visita, esta vez a la inversa de su familia desde Francia a la Gran Manzana. Entonces, las malas críticas dicen ¿qué hay de bueno en eso? Y yo digo, ¿qué hay de malo?
’2 días en Nueva York’ no es exactamente una secuela al uso. Si claro, los personajes son los mismos, salvo la introducción de Mingus, el nuevo novio de Marion (Delpy) y las situaciones prácticamente las mismas. Un humor amparado en el lost in traslation de chiste pseudointelectualoide y mascarada progre, tintes de cine indie. Pero lo cierto es que esta película se puede disfrutar perfectamente sin haber visto la primera, lo cual permite al espectador que no conozca mucho el trabajo de la actriz francesa navegar a gusto por su fino y a veces acertado ingenio para la crítica política y la explotación de conflictos personales.
Eso, un remake hecho a sí misma, denota afinación, aunque no acierto. Es verdad que el personaje de Rock podría dar mucho más de sí y que la excesiva locuacidad de papá Delpy (su padre se interpreta a sí mismo en una jugada de metacine que no le sale del todo mal) a veces condimenta demasiado hacia el absurdo la puesta en escena del elenco familiar.
También es verdad, que en su conjunto y puesta en disección directa con su antecesora, ésta bascula menos uniformemente en recreaciones del género, con claras influencias de Woody Allen o por lo menos de su estilo en el diálogo directo y cargado de mordacidad. A años luz de su genio y figura. Pero en la línea.
¿Qué es lo que merece la pena entonces desde film cacofonía de sí mismo y entelequia de las relaciones de pareja y el miedo al compromiso? Pues que tiene momentos verdaderamente divertidos, que por mucho menos se llenan salas con bodrios sentimentaloides mucho más cursis y faltos de criterio, que cuando el maniatado guión de Delpy y compañía se lo permite, Rock tiene momentos verdaderamente hilarantes, que el cameo de Vincent Gallo (reencuentro amistoso después de ‘Colgados en L.A.’) vale su peso en oro y porque hay cine mucho más egocéntrico, raquítico, pagado de sí mismo y pretencioso circulando por ahí y aunque su directora opusiera mejores argumentos en su anterior film ‘El skylab’, no deja de ofrecer un criterio interesante de cine, no espectacular pero si interesante.
Disfruten de una película pasable, que no notable, entretenida si me apuran y esperen a la siguiente. No es todo tan malo como lo pintan…
Película: Dos días en Nueva York
Dirección: Julie Delpy
Guión: Julie Delpy y Alexia Landeau
País: Francia, Alemania y Bélgica Año: 2012
Duración: 96 min Género: Comedia
Interpretación: Julie Delpy (Marion), Chris Rock (Mingus), Albert Delpy (Jeannot), Alexia Landeau (Rose), Alex Nahon (Manu), Dylan Baker (Ron), Kate Burton (Bella), Malinda Williams (Elizabeth), Talen Riley (Willow), Daniel Brühl
Montaje: Isabelle Devinck
Fotografía: Lubomir Bakchev
Distribuidora: Alta Classics
Estreno en España: 28 Marzo 2012