Tres años después de Le Gamin Au Velo (El chico de la Bicicleta), los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne vuelven a poner su firma en otra película, Deux jours, une nuit (Dos días, una noche). Y tras un prolífico paso por festivales, ganando en Sidney y causando muy buenas sensaciones en Cannes, llega a las carteleras españolas.
Con Marion Cotillard como gran elemento de venta, los Dardenne vuelven con una historia de las de siempre, con su marca de la casa. Realismo social para introducirnos en el complicado entorno laboral en contexto de crisis. La actriz francesa más internacional del momento interpreta a Sandra, una mujer, madre de un niño, que una vez superada una depresión, al volver a su trabajo se encuentra que todos sus compañeros se han visto coaccionados para decidir si prefieren mantener su prima de 1.000 euros a cambio de su despido o deciden renunciar a ella para mantener el trabajo de su amiga. Sandra con el apoyo incondicional de su marido irá a hablar uno por uno con todos los compañeros de trabajo para saber cuál es su opinión y si tiene alguna posibilidad de mantener su empleo.
La cámara atrapa la esencia de nuestra heroína del mundo actual, no se separa de ella en ningún momento y nos mete de lleno en su realidad diaria. Sufres con ella, y sientes sus alegrías y sus decepciones. Nos identifica con su drama, un drama que ha sufrido mucha gente debido a los excesos de la crisis. Pero a la vez no señala a nadie a quien culpable, los compañeros de trabajo de Sandra, viven cada uno su propia realidad, todas las razones son válidas, aunque no satisfagan a la protagonista. Ni siquiera el jefe que se ve obligado a plantear este recorte. En Deux Jours, Une Nuit no se quiere buscar culpables, se muestra una situación con un agobiante realismo, a la que tiene que hacer frente.
Cuesta disfrutar de una película de los Dardenne, no hay artifcios ni concesiones en su narración cinematográfica, es difícil ver su optimismo, aunque en sus dos últimos films está presente. Su estructura repetitiva es incómoda y poco atractiva, pero Marion Cotillard con su presencia y su interpretación consigue mantener todo el interés de la película. Gran actuación que está acompañada por el actor fetiche de los hermanos, Fabrizio Rongione.
Deuxjours, une nuit (Dos días, una noche) es la enésima demostración de los Dardenne que saben hacer cine social como nadie. Un drama intimista sobre las consecuencias de una crisis global, un drama sobre personas que buscan salir adelante.
NOTA