Dos economistas, dos visiones ante los mercados y la crisis financiera

Publicado el 30 julio 2015 por Josecristiancallejon

Los mercados financieros han adquirido actualidad desde que la crisis irrumpió en 2007. Ahora bien, ¿son los mercados los causantes de la crisis, o bien lo es la manera en que los utilizamos? Veamos dos opiniones profesionales al respecto.

Los autores:

José Cristian Callejón (Almería 1991); graduado en Finanzas y Contabilidad por la Universidad de Almería. Ha obtenido el máster oficial en Dirección de Empresas tras finalizar el grado y está presente en política universitaria desde que accedió a la universidad; además, forma parte de la ejecutiva de diversas asociaciones. Ha trabajado en la Universidad de Almería, es analista económico en Tele Almería Noticias y actualmente desempeña labores de administración y gestión en el sector privado. Es el autor del libro “El resultado de un proceso burbujístico” y del blog que lleva su nombre www.josecristiancallejon.wordpress.com.

 Jordi Mulé (Reus, 1969); Economista colegiado en el Col·legi d’Economistes de Catalunya, licenciado en Administración y Dirección de Empresas y licenciado en Investigaciones y Técnicas de Mercado por la UOC y Diplomado en Ciencias Empresariales por la URV. Profesional del sector bancario desde 1989, escribe artículos de opinión en medios de su zona y es el creador del blog de WordPress “Economía en bambas”, consultable en la dirección www.jordimule.wordpress.com.

¿Qué implicaciones y connotaciones tiene el término “mercado”?

@josecallejon91: Yo destacaría las connotaciones negativas que en la última etapa se han vertido sobre este término; tanto es así que hemos conseguido, por desgracia, desvirtuarlo. El ámbito mediático ha tenido mucho que ver, desde luego, pero sobre todo la necesidad de culpar a alguien externo de los desequilibrios acumulados en esta etapa: elevado desempleo, restricciones presupuestarias, acumulación de pasivo… Sin embargo, los mercados financieros son esenciales y están directamente asociados al desarrollo económico de cualquier sociedad. Imagina una persona con una renta de 1.000€ mensuales. Con la ausencia de mercados financieros esta persona podrá gastar un máximo de 1.000€, sabiendo que si gasta menos tendrá que guardar en el colchón el remanente, lo cual implica asumir un coste de oportunidad y una pérdida de poder adquisitivo, es decir, menor poder de compra en el futuro. Si introducimos los mercados, en el amplio sentido de la palabra, este sujeto tendrá dos nuevas opciones: aumentar el consumo futuro invirtiendo el remanente y obteniendo así un rédito que le permita mantener o ganar una cantidad adicional al capital inicial o, por el contrario, pedir un crédito y aumentar el nivel de consumo presente. Esto, en una economía agregada, es un arma muy potente, pues permite que el tejido empresarial se desarrolle y además dota de liquidez al pequeño inversor.

@jordimule: Muchas y muy variadas, un mercado en general no deja de ser un espacio en el que intercambiar bienes o servicios, un lugar donde se fija el precio final de este o aquel bien o servicio en función de una oferta y una demanda y donde se pone en contacto a los actores de las transacciones, a los oferentes y a los demandantes, cosa que sería harto difícil sin la existencia de un mercado regulado. Esta misma definición nos sirve si nos referimos en particular a los mercados financieros, si bien la definición sería muy similar a la anterior, en este caso diremos que lo que se intercambia en este espacio concreto son servicios y productos financieros. Este intercambio debe ser hecho siempre cumpliendo con los principios fundamentales que deben regir en todo mercado, como son la libertad en la fijación de los precios o en el acceso al mercado financiero,  la transparencia en los mismos, tanto en lo que respecta a la información de los productos que es estos se ofrezca, como al respecto de su precio y la existencia de una normativa aplicable y enfocada a la protección del inversor.

¿Crees por tanto, que los mercados han propiciado la crisis o que, por contra, constituyen el tratamiento contra ésta?

@josecallejon91: La respuesta fácil sería culparlos, claro. Pero lo cierto es que la crisis se gestó como consecuencia de las políticas monetarias que se impulsaron con el objeto de dejar atrás la crisis de las puntocom. Este fue el elemento fundamental que la propició. Por otro lado, sería irresponsable no reconocer que la crisis se ha extendido a través de los mercados, por ejemplo, un ahorrador alemán podía tener sus fondos invertidos en CDO (Collaterized Debt Obligations), especialmente en Mezzanine y Equity, que eran los paquetes de peor calidad aunque, eso sí, los que generaban una rentabilidad superior (10-15%), y todo ello a partir de una hipoteca (podría ser española) que nunca se pagaría. El ahorrador alemán no sabía nada de esto.

En este sentido es normal que la ciudadanía exija más control con el fin de evitar situaciones opacas e irregulares, sin embargo, con la Ley de 8 de noviembre de 2002 de Medidas de Reforma del Sistema Financiero, se acrecentó la regulación como consecuencia del clamor popular ante irregularidades contables y uso de información privilegiada. No olvidemos que los órganos supervisores son el Banco de España, la CNMV, y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, es decir, que no es baladí.

@jordimule: En mi opinión los mercados no son para nada los causantes de la crisis financiera, hoy en día no se entendería la Economía sin la existencia de los mercados; los mercados son un instrumento al servicio de las transacciones, de la Economía y las crisis son ciclos adversos provocados por la suma de multitud de factores. Alguien dijo en su día que un economista es aquella persona que es capaz de analizar el pasado pero que es incapaz de predecir el futuro, ¿qué significa esta afirmación? en pocas palabras, que la ciencia económica usa modelos para intentar entender la realidad y poder prever situaciones, pero los modelos con los que trabaja puede ser que no hayan tenido en cuenta algunas variables importantes, no por desidia, simplemente porque tal variable no se haya manifestado nunca antes. Por lo tanto, los factores desencadenantes de una crisis pueden ser muy diversos, y un uso incorrecto de los mercados pueden ser un detonante, un catalizador de una crisis, pero nunca una causa de la misma en el sentido estricto.  Evidentemente, entre ellos estaría el uso particular que se pueda hacer de los mercados.

Por otro lado, y respecto a la segunda parte de la pregunta, la de si los mercados son un tratamiento contra las crisis, yo opino que una vez detectadas las diferentes causas de una crisis, si entre éstas está el uso indebido, incorrecto o lo que fuere de algún tipo de mercado financiero, lo que se debe hacer es cambiar la normativa de acceso al mismo y sus normas de funcionamiento, de tal manera que se evite esta situación en el futuro. Por ejemplo, el año pasado, ante la crisis de Gowex, empresa que cotizaba en el mercado alternativo bursátil (algo así como la Bolsa para empresas pequeñas) que afectó a la credibilidad de tal mercado alternativo, se decidió cambiar la regulación del mismo, racionalizando los requisitos exigible a cualquier empresa para empezar a cotizar. Por tanto, no es que regular normativamente mejor un mercado sea un tratamiento único contra una crisis, ya que las crisis se combaten además mediante  políticas macroeconómicas que afectan de la forma deseada a los mercados. Realmente, lo correcto sería la combinación de unas políticas económicas adecuadas y de cambios regulatorios diseñados a posta para evitar la repetición de ciertos hechos. En resumen, si incidimos en la Economía de la manera adecuada y el funcionamiento del mercado es el correcto, el resultado será el deseado.

En España, la banca ocupa un lugar fundamental en el desarrollo empresarial, ¿qué cambios destacarías en esta etapa de crisis?

@josecallejon91: Tradicionalmente, los recursos bancarios han ocupado el monopolio de la financiación, es decir, que salvo las grandes compañías del Ibex-35, las empresas se han financiado a través de dos vías; la banca (pasivo) y capital y reservas (fondos propios). Sin embargo, el sobredimensionamiento de ésta, la alta dependencia de los mercados internacionales y la excesiva exposición al ladrillo, la hicieron incurrir en la crisis financiera iniciada a finales de 2007. Como consecuencia, el sector bancario (bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito) ha tenido que hacer frente a reformas estructurales importantes. Las que a continuación cito son algunas de ellas:

Los cambios, como apunto, han sido realmente amplios y estructurales. Se ha reducido notablemente su presencia en forma de sucursales, recordemos que teníamos 1 sucursal por cada 1.000 habitantes cuando la media europea  era de 1 por cada 2.000. Las fusiones, absorciones y acuerdos contractuales, con el objeto de bancarizar el sistema (fundamentalmente las cajas de ahorro) y dotarlo de mecanismos que le permitan aumentar la eficiencia y competitividad, también han sido abundantes, dejando a las Cajas de Ahorro en un lugar anecdótico (actualmente sólo hay 2 y representan el 0,02% del sistema bancario, el resto se han convertido en “grupos bancarios”). El espacio que había entre depósitos y créditos (conocido como apalancamiento o GAP) también se ha reducido notablemente. Además se han creado mecanismos e instrumentos como el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) para facilitar una remodelación adecuada. También destacaría la Sociedad de Gestión de Activos. Tampoco podemos olvidar las entidades nacionalizadas y participadas por el sector público, así como las destacables exigencias de capital y los stress test. Sin embargo, la reestructuración ha sido “razonable”, es decir, han sido cambios que se ajustan a la sociedad actual. La burbuja financiera, o de tipos de interés, fue la que realmente generó cambios muy poco racionales, por ejemplo, la banca siempre ha prestado el dinero que ha recibido en forma de depósitos, sin embargo en este periodo previo a la crisis comenzó a pedir dinero en los mercados internacionales para aumentar el ritmo de concesión de préstamos e involucrarse en el lucro del ladrillo. Por tanto, estos cambios no han sido más que el ajuste a unas pautas comportamentales irracionales.

@jordimule: La crisis ha propiciado lo que yo, sin ánimo de ser ambicioso, definiría como una “Revolución bancaria”. Hasta 2007 existían principalmente en España tres tipos de entidades financieras, los bancos, las cajas de ahorro y las cooperativas de crédito (hay más tipos, como los EFC y otros, pero no creo que venga al caso del tema que nos ocupa). Los bancos acometieron su reestructuración allá por los años ochenta y noventa del siglo pasado, y esta reestructuración se hizo primando criterios empresariales, la presentación del máximo beneficio posible a los accionistas. Esta primera reestructuración dio como resultado que el número de bancos (no cajas) de antes de crisis fuera muy parecido al actual, se pueden contar con los dedos de la mano los bancos realmente potentes en este país, y estos no han sufrido demasiado con la crisis, al contrario, han absorbido entidades con problemas y han aumentado de tamaño.

La crisis se cebó en el sector de las cajas de ahorro, entidades que, al contrario de los bancos, no funcionaban principalmente mediante criterios empresariales, sino que respondían a criterios de tipo territorial. Antes de la crisis se contabilizaban unas cuarenta y cinco cajas; hoy en día, quedan bien pocas.

El sector de las cajas vivió una gran expansión que empezó allá por los noventa del siglo pasado y que movió a la gran mayoría a dejar su zona de influencia tradicional y buscar el crecimiento en otras zonas, este crecimiento se basó en alguna medida en apostar por el mercado inmobiliario, en financiar promociones inmobiliarias y compraventas de vivienda. El auge sostenido de los precios inmobiliarios hizo que este negocio floreciera y se incrementara sin parar, hasta que el parón de repente del mercado inmobiliario diera al traste con cientos y cientos de inversiones, por lo que la morosidad se disparó, afectando a los balances de estas entidades y forzando diferentes salidas en cada caso, nacionalizaciones, conversiones en bancos, fusiones…

Por lo tanto, antes de la crisis existían en España una serie de bancos y cuarenta y cinco cajas de ahorro. Obsérvese la situación actual y seguramente se estará de acuerdo conmigo, ha habido una auténtica revolución.

¿Y en el conjunto de los mercados financieros?

@josecallejon91: También ha habido cambios significativos. Han surgido instrumentos y normativa tanto nacional como continental, aunque la verdadera revolución la sufrieron a finales del siglo pasado, con el auge tecnológico y la mejora de las comunicaciones. No obstante, creo que esta crisis va a abrir un amplio periodo de cambios (también en disciplinas como la fiscal) que tenderá a unificar la maraña de mercados regulados existentes.

@jordimule: Ciertamente, tal y como comentaba anteriormente, los cambios en los mercados han sido sobretodo de tipo regulatorio; endurecimiento de los criterios de las agencias de calificación o “rating”, mejora en la normativa Mifid de cara a proteger al inversor ante la comercialización de ciertos productos financieros, la eliminación de instrumentos financieros usados por los mercados antes de la crisis más o menos frecuentemente, mejoras en la exigencia de capital propio o “core capital” a las entidades financieras o cambios en la manera de provisionar la morosidad por parte de las entidades financieras. Seguramente me deje muchos, pero son un pequeño ejemplo de lo que antes comentaba, mejorar la norma para, conjuntamente con las políticas económicas correctas, ayudar a combatir y paliar los efectos de las crisis.

Por último, nos gustaría conocer vuestra visión de futuro acerca del Euro y la Unión Europea en su conjunto.

@josecallejon91: La moneda común es un elemento que garantiza la estabilidad y seguridad financiera, sin embargo, no debemos olvidar que fue una burbuja de tipos de interés la que inflamó la burbuja productiva. A pesar de esto, que igualmente se habría producido con una moneda nacional, el euro aporta confianza, que es el pilar básico y fundamental de la moneda fiduciaria.

Sobre su supervivencia, creo sinceramente que no hay peligro para estos dos elementos, sin embargo, sobre la permanencia de determinadas economías no estoy tan seguro. Grecia permanecerá en el euro hasta la próxima crisis de confianza, y ese será el momento clave. Como europeísta no me gustaría una ruptura en ningún sentido.

@jordimule: La Unión Europea y el euro en su conjunto han sido muy positivos, tanto para los países miembros, como para sus ciudadanos. No obstante, lo cierto es que el funcionamiento mismo de la Unión no es unitario, es terríblemente difícil tomar decisiones en el seno de la UE. Por otra parte, ciertos países gozan en ella de una preponderancia innegable y la misma UE no ha dejado todavía de ser una asociación de estados, no una asociación de europeos; se intentó en su día con la malograda Constitución europea y en su fracaso está en mi opinión el quid de la cuestión. Todos los ciudadanos europeos deberíamos ser a la larga iguales pero hoy en día no es así; por ejemplo, un ciudadano griego es tan europeo como un alemán pero hoy en día evidentemente no goza del mismo estatus. Es decir, los estados han cedido gran parte de su soberanía económica a la UE, pero continúan manteniendo toda su soberanía política, y todas sus deudas individuales; se ha hablado muchas veces de unificar las deudas o, al menos, armonizarlas mediante los “Eurobonos”, pero ello no interesa a los socios principales de la UE. En el caso griego, Grecia no puede aplicar políticas económicas tradicionales para luchar contra su déficit, como podría ser por ejemplo devaluar su moneda, no puede devaluar el euro porque esta decisión atañe a las autoridades monetarias europeas, no a los países individuales, por lo que debe dejarse llevar como único recurso por las políticas de austeridad dictadas por sus propios socios y, además, pagar puntualmente sus deudas. Todo ello hace que sus ciudadanos (también europeos) deban pasar penurias cuando uno de los pilares de la Unión Europea debiera ser buscar el mayor bienestar posible para todos sus ciudadanos, ¿contrasentido? Quizás.