Dos en uno. De la Artiga de Lin a los Uelhs delth Joeu.
Es uno de los enclaves más bellos de todo el Val d’Aran, una zona de prados verdes rodeada de montañas graníticas con el río, lleno de piedras, corriendo. Agua que suena en la explanada de la Artiga y agua que cae de forma majestuosa a apenas kilómetro y medio, en la cascada que da origen al río Joeu: en los Uelhs delth Joeu. Dos lugares únicos, conectados por una ruta senderista de pocos kilómetros que nos lleva a través de un bosque de abetos y hayas. Los pies se mueven solos en este recorrido.
De los Ojos a la Artiga. La ruta.
Una ruta circular, de dos kilómetros y medio une dos enclaves: los Uelhs deth Joeu y la Artiga de Lin. Es un sendero fácil, con 90 metros de desnivel, que se tarda en recorrer una hora. Podemos empezar en cualquiera de los dos puntos y hacer la ruta en un sentido u otro.
Para los más exigentes existen otros caminos que nos permiten llegar hasta el collado Coth de Lunfern o al Puerto de la Picada e incluso enlazar con el Tour del Aneto. Nosotros nos vamos a quedar con el primero.
Los hitos del sendero.
Los Uelhs deth Joeu, las aguas espeleólogas.
Desde el primer parquin, a través de un sendero ancho, llegamos hasta la impresionante cascada de los Uelhs deth Joeu, el lugar donde nace el río Joeu que desemboca, kilómetros después, en el Garona. Aunque emergen delante de nosotros, las aguas vienen de lejos: han viajado bajo tierra centenares de metros, desde el Aneto. Y es que, junto a los glaciares de los picos Aneto y Maladeta, en los pirineos aragoneses, se halla el Forau d’Aigualluts, un sumidero que recoge el agua fundida de este glaciar, la filtra y, a través de un sistema cárstico, la devuelve en forma de salto de agua en los Uelhs deth Joeu, creando este bello paraje.
Son aguas rebeldes. Por su localización deberían terminar en el Mediterráneo después de unirse al río Esera. Gracias al sumidero, estas aguas emprenden otro camino, se adentran en las profundidades, renacen, forman el Joeu, caen al río Garona y acaban en el frío Atlántico.
Los Uelhs deth Joeu
El bosque de abetos.
Los abetos son los protagonistas del bosque que nos encontramos junto a la cascada, un bosque en el que nos adentramos, después de cruzar el nacimiento de aguas de los Ojos del Judío, por un puente metálico. Las escaleras de madera y piedra nos ayudan a salvar el desnivel mientras subimos hacia la explanada de la Artiga de Lin acompañados por abetos y hayas. Sus hojas, todo el año en el suelo, dan la imagen de un otoño perenne. Cuando el bosque se despeja, cruzamos un arco de piedra y, delante de nosotros, encontramos la imagen del Plan de la Artiga de Lin.
Bosque abetos Artiga de Lin
El Plan de la Artiga de Lin.
Las vacas no podrían haber encontrado un lugar mejor para pastar. Estamos en la explanada de la Artiga de Lin, en un espacio abierto, verde, rodeado de picos y atravesado por el Río Barranco de Puis, lleno de piedras. Demasiados lugares donde mirar. La vista, sin embargo, se dirige a las montañas de origen glaciar, con forma de u. Sus picos, majestuosos y nevados gran parte del año, tienen nombres como Malh dera Artiga, el Tuc de Neres, la Forcanada o la Tuca Blanca de Pomèro. Inmensos.
La explanada de la Artiga de Lin
El Plan de la Artiga de Lin
Cómo llegar a la Artiga de Lin.
No basta con andar. O sí, depende de las ganas. La pista asfaltada que lleva a la Artiga de Lin parte del pueblecito de Es Bòrdes y sube entre avellanos, paralela al río Joeu, durante unos 9 kilómetros. El primer aparcamiento que encontramos es el de la cascada de los Ojos del Judío (los Uelhs deth Joeu). Aquí podemos dejar allí el coche o seguir hasta el siguiente parquin, el del Plan de la Artiga de Lin, un kilómetro más arriba.
Artiga de Lin Uelhs deth Joeu 2015-09-24 Paula Mayoral