Las palabras le salen
sin orden, lentas, sin sentido.
Está olvidando…
Estos versos de nuestra amiga Maty recogen el sentir del entorno de enfermos de Alzheimer. Como este anciano de Sigüenza que, cumplidos los setenta, afronta la situación rodeado del cariño de su familia.
Aquella tarde, a las cinco, salió a pasear como de costumbre y… no volvió. A las siete, cuando ya caía la noche, la familia llamo a la Guardia Civil, al Ayuntamiento, al 112,… Los vecinos se movilizaron y empezó una búsqueda sistemática por el pueblo. Se pidió la intervención de la brigada canina de la Guardia Civil de Guadalajara, que no acudió al ser ya noche cerrada.
Sergio y su perro Rex (un extraño residente en el pueblo y con perro, ignorado por vecinos y autoridades de Sigüenza desde su llegada hace años), paseaban por la alameda. Vio el tumulto, preguntó y al instante ofreció su ayuda. Trajeron un pijama del ausente y Rex siguió su rastro durante dos horas… Hasta que lo encontró en el monte, detrás de la estación. Un lugar alejado del casco urbano donde nadie lo habría buscado.
Estaba acurrucado junto a una roca, desorientado y tiritando; eran las 12,30 de una noche de hielos. Afortunadamente ya se ha recuperado, aunque la enfermedad sigue su curso. Los familiares y Sigüenza están muy agradecidos a Sergio y a Rex; ahora todo el mundo les saluda y algunos vecinos se preocupan por ellos. Son considerados héroes en la Sierra Norte, nuestros héroes.
¡Esto no es un cuento de Navidad! Ocurrió en diciembre, la prensa recogió el suceso… pero no contó lo que aquí se cuenta.
Lar-ami
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