La carta Querido esposo:
Me imagino que te sorprenderá que me ponga en contacto contigo de este modo, pues quizás habrías esperado algo más original.
Pero, aunque pueda parecer raro, no soy la única que se comunica por escrito, con papel y pluma. Aquí hay muchas personas que siguen prefiriendo esta forma. Y si algo abunda aquí son las plumas.
Quiero que sepas que estoy muy contenta de que me mandaras aquí. Es verdad que en su momento puse mala cara, pero ahora puedo decir, sin exagerar, que estoy en la gloria.
A veces me digo que tendrías que venir tú también. Te resultó muy fácil organizar las cosas para mandarme a mí, así que ya conoces el procedimiento.Aunque, ahora que lo pienso, aquí solo hay buenas personas. A la gente como tú no la dejan entrar. Pero no te preocupes, seguro que habrá otro lugar para ti, donde estarás con los de tu clase. Tu esposa, eternamente agradecida.
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Crisis
No sé, no sé.
Si es que ni siquiera es guapo. Es simpático, agradable... pero también puede ser muy arisco cuando quiere. No, culto tampoco es. Ni ha estudiado ni le gustan los libros. Ah, los amigos… de eso mejor no hablar, no los aguanto. En común tenemos poco... en realidad nos aburrimos juntos. Hombre, sí... es trabajador, es buena persona... pero es que eso es lo mínimo que se puede esperar de cualquiera, ¿no? Lo único que faltaría es que fuera un delincuente. La verdad es que yo no creo que esto tenga mucho futuro... -Cariño, ¿qué pasa? -¿Qué? -Que tienes que contestar. -¿Eh? Ah… Sí, sí quiero.