Antes el riesgo me hacía sentir viva. Sentir el peligro me enloquecía de vida. Me sentía fuerte y poderosa como una guerrera sin nombre. Ahora soy una cobarde que ante el riesgo y el peligro existente o no pide una pastilla de rescate, se caga en los pantalones y se limpia con su propia dignidad. Pero sé que soy lo suficientemente fuerte como para superarlo. Sé que estoy sola. Por eso lo superaremos juntas. Ya me di cuenta y soy la mejor guerrera porque me quiero a mí misma. Descubrí que el amor es otra mentira, y que dejarse llevar es vivir tristemente una vida que puede ser mágica y donde la maga eres tú. Lo siento, cariño, pero nunca es demasiado tarde. Gracias a Dios solo unos pocos desgraciados creen en el amor y terminan con el corazón hecho añicos. Sientes tan intensamente, nadie lo entiende. Dicen que me retiraron de la circulación por demasiados escándalos públicos. Por chillar en el Centro de Salud "asesinos!", por burlar los coches simulando ser una suicida, por falta de respeto a la autoridad, por ir bailando y cantando canciones rock con mi vestido de fiesta por las calles desoladas y por hablar con los perros. Pero si estoy loca no es por amor y es triste, cariño, estar aquí. Cuando estaba ahí afuera, de todos modos, las cosas no iban mucho mejor. Terminé con el corazón hecho añicos pero pude recomponerlo como un puzzle y descubrí que el amor es una mentira para dejarte aún más rota. Volvieron a presentarme a un atractivo príncipe azul. Un par de bofetadas bastaron después de dejar que, aburrida y asqueada, sus palabras resbalaran por mi abrigo impermeable como agua sucia que dejas escapar entre las manos. Gracias a Dios ya son solo unos pocos desgraciados los que creen en el amor. Porque dejarse llevar es desembocar inevitablemente en el mar. Tengo miedo. Estoy perdiendo la fe y no sé cómo encontrarme. No sé qué arma usar o como usarla para volver a ser esa guerrera invencible detenida por escándalo público o falta de respeto a la autoridad. Esa no es mi condena. Mi pena tampoco es por amor. Si estoy encerrada es porque empecé a luchar y ser una guerrera invencible cuyo arma era el amor propio y... No era una desgraciada por darle mi voto al amor. Quizá debería aceptarlo, resignarme, quizá de esa manera no sufriría tanto. Me lastimaron profundamente, tirada sobre el césped desangrándome. Alguien curó mis heridas y salvó mi vida. Siempre está a mi lado. Debería haberme vendido, haber pasado por el aro antes de acabar en una isla desierta sin ser un náufrago. Mi lucha es mantenerme viva en mi condena, en mi castigo porque gracias a Dios fui una desgraciada que creyó en el amor. Se ríen de mí, no me entienden, soy la más rara de todos estos raros por ser la más normal. Y, cariño, verdaderamente no estoy loca. Pude rehacer mi corazón y siento miedo como todos los demás. Estoy protegida porque camino desarmada pero me siento tan mal aquí que pensar en la muerte puede llegar a ser un consuelo. Dime!!!! Con qué voz te digo y te aseguro que estoy bien? Hay dos nubes negras en mis ojos llenas de lluvia, la pena está tan anclada, es tan profunda que no lloverá y bajo el Sol sentiré que ya no se me permite jugar con fuego para sentir el riesgo, el peligro que tanto me gustaba cuando estaba ahí afuera. Ahora estoy aquí dentro. Quiero volver a ser quien era. Pronto dejaré este lugar. Dios me ayudará, Dios me ayudará o me llevará con el.