Hoy os presentamos dos impresionantes parques de esculturas situados en Asia, uno en Laos y otro en Tailanda, ambos obra del mismo creador: Bunleua Sulilat, un monje chamán que integró las creencias hinduistas y budistas y las inmortalizó en estos dos espectaculares parques: Xieng Khuan, en Laos; y Sala Keoku, en Tailandia.
En ambos casos encontramos esculturas monumentales de piedra, con varios metros de alto y las más variadas formas, que representan todo tipo de seres: desde animales y criaturas mitológicas del hinduismo hasta estatuas de budas con un toque claramente hindú (motivo por el cual estos son llamados también “parques de Buda”). El primero en ser construido fue el de Laos, en 1958; después de que el gobierno en este país, Bunleua Sulilat se exilió a Tailandia y construyó el otro parque allí en 1978.
Aunque el primero es más grande (con unas 200 estatuas en total), las obras del segundo son mayores en tamaño y extravagancia. Muchas de estas creaciones simbolizan aspectos del pensamiento budista o hinduista, como el ciclo de muerte y resurrección o los tres mundos (infierno, tierra y cielo); otras muchas representan a Buda y a deidades hinduistas como Naga, Shiva y Vishnu.