Dos príncipes en sonetos
Publicado el 22 junio 2011 por Miguelmerino
Un retrato me manda hacer Santana,
que a la postre, de esto es la inductora.
Pero claro, no le gusta si no aflora
en el retrato, la parte chabacana.
Y yo, que en esto, no me llamo Andana,
a hacerle el gusto me dispongo ahora,
pero dudo, entre Perico e Isidora,
para arrear tan de buena mañana.
Posiblemente, necesite otros catorce
Para hacer este retrato por encargo.
No me basta un soneto, se conoce,
y necesito dos, porque distraigo,
para evitar suspicacias y roces,
pues tengo que vivir. ¡Háganse cargo!
Érase una princesa blanca y rubia,
de aspecto grácil y no mala figura,
ojos brillantes con tintes de dulzura.
No sé si dije que era Princesa Nubia.
Érase un príncipe apuesto y gallardo,
con buena planta y aire muy gentil,
nariz romana y los sus ojos, añil.
No sé si dije que era príncipe y bardo.
Cualquiera que los viera bien pensara,
Que estaba para la una el otro hecho.
Pero la perfección se mudó en tara,
no es bueno tener dos pies derechos.
Y termino este terceto por la cara,
pues con esto, ya está el retrato hecho.