Dos principios que a mi me han ayudado

Publicado el 05 mayo 2014 por Jose Salgado @exelisis

Cambio, evolución, mejora… son conceptos que se enseñan mucho por estas páginas. Pero en esta ocasión creo que más que decirte que dibujes tu mapa, que seas el capitán de tu barco, voy a confesar mis dos principios más preciados, dos ideas básicas que intento que guíen mi forma de vivir y entender el mundo.

  1. Se feliz
  2. Deja un mundo mejor del que te encontraste

El primero parece fácil, pero si te paras a pensar te darás cuenta que definir que es la felicidad te va a costar mucho. Quizás sea dinero, quizás sea encontrar el amor, pero creo que si tu idea va por estos derroteros, te va a ser muy difícil ser feliz. Depositar en terceras personas (u objetos) el como nos sentimos es darles todo el poder a ellos. Si una pareja no te quiere, sino tienes dinero, tu pierdes el control sobre tu propia felicidad. Si quieres ser el dueño de tu destino, has de ser el dueño de tus sentimientos. Si quieres ser feliz, has de conseguirlo a través de ti, de tus mejoras y logros. Alcanzar la felicidad aprendiendo a valorar los momentos buenos y momentos malos. Poder sonreír y reírte de ti mismo en cada etapa de tu vida, de hecho, sino sonríes al menos veinte veces al día, no creo que te puedas catalogar como una persona feliz.

No digo que se tenga que ser una isla. Es muy útil el poder sentir felicidad a través de terceros, de alegrarse de los triunfos de otros, de poder tomar un poco de su felicidad y añadirla a tu propia colección de sentimientos. Sumar estas emociones suele ser más satisfactorio que disfrutarlos en solitario, pero no como necesidad sino siempre como complemento, como algo desinteresado y que nace de lo más profundo de nuestro corazón.

El segundo punto es quizás el más importante y que muchas veces nos puede ayudar a balancear lo de ser feliz. No puedes ser feliz pasando por encima de otras personas, dejando un reguero de desgracias. Hemos de ser muy conscientes de que nuestros actos tienen consecuencias, y que es importante usar nuestra libertad para alcanzar nuestras metas, estas no pueden tener efectos colaterales que causen la desdicha de otros. Cada día, cada semana, poco a poco, hemos de construir a nuestro alrededor un lugar mejor para la gente que viene o la gente que se quedé cuando nosotros no estemos consumiendo oxígeno en este planeta.

Puedes pensar que si naces pobre y mueres millonario has triunfado, pero para mi humilde punto de vista, si no has conseguido dejar huella, dar algo al mundo para que sea un lugar del cual estar orgulloso, te diré sin tapujos que eres un fracaso como persona. Si nadie se ha beneficiado de tu paso por la vida, si la sociedad no es un poco mejor, si la única diferencia que has aportado es acumular dinero o peor todavía, pasar desapercibido sin nada más que añadir, has malgastado tu vida de una forma bastante triste.

No voy a negarte que intentar seguir estos dos principios es complicado, pero eso es porque vemos demasiadas películas y tenemos muchos siglos de cultura en nuestra espalda. Ser feliz es algo más sencillo de lo que parece, y no tenemos que cambiar el mundo, sino hacer que una vecina, un amigo, un desconocido, o la fauna y la flora de nuestro pequeño universo social sea un poco mejor. Solo con eso ya somos héroes, ya hemos triunfado. No hace falta que nos inspiremos en las novelas del romanticismo, con todas esas cargas emocionales y dramáticas. Simplemente se feliz con las pequeñas cosas de la vida: un café con amigos, una sonrisa, el ser agradecido y por el camino, ayudar a que el siguente que venga tenga menos trabajo para hacer de este un mundo donde todo querríamos vivir.

Película: The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert

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