Dos recetas y una foto

Por Soniaif

Lo bonito del bello arte de la fotografía culinaria, es que uno ejerce tanto de cocinero como de fotógrafo, tanto de estilista culinario como de artesano de la madera…

A continuación un par de recetas: una la de la Bruschetta de tomate y pimientos asados. Otra, la del tablón de madera que va debajo.

Bruschetta de tomates y pimientos asados:

Ingredientes (así, a grosso modo):

Pimientos rojos asados, pelados y cortados en tiras
Tomates cherry partidos por la mitad
Cebolleta roja
Albahaca
Rebanadas de pan de pueblo
Aceite de oliva
Vinagre de Módena
Sal gorda
Pimienta negra

1.- Cortamos el pan en rebanadas de un dedo de espesor, las untamos con aceite de oliva, y las tostamos en el grill del horno hasta que estén doradas.

2.- Mientras tanto, en una ensaladera mezclamos los pimientos, los tomates, la cebolleta roja cortada y la albahaca picada. Añadimos aceite de oliva, vinagre de Módena, sal y pimienta. Dejamos reposar un ratito para que armonicen los sabores.

3.- Una vez listo el pan, disponemos sobre él la mezcla de tomates y pimientos.

4.- Hacemos la foto. Nos la comemos, porque está deliciosa (la bruschetta, no la foto).

Superficie de madera desgastada en color:

Ingredientes:

Una tabla de tablones de madera cruda
Betún de Judea
Pintura acrílica del color que deseemos
Papel de lija de grano grueso
Brocha
Llaves de casa

1.- Le damos una capa de betún de Judea a nuestra tabla de madera y dejamos secar.

2.- Con una brocha gorda, y así como quien no quiere la cosa (es decir, a brochazos irregulares y un tanto despistados) la pintamos con una capa de pintura acrílica del color elegido (en mi caso, azul). Dejamos secar.

3.- Con el papel de lija, vamos lijando la pintura de color en aquellas partes que creamos conveniente para darle un aspecto desgastado. No es necesario seguir el sentido de la veta de la madera. Al contrario, cuanto más desastroso todo, mejor.

4.- Para crear un efecto todavía más “vintage” nos liamos a pegarle golpes a la tabla con las llaves de casa, o con algún artilugio metálico y contundente para que “queden marcas” y descarguemos toda la adrenalina acumulada durante la última semana.

5.- Colocamos encima la bruschetta, hacemos la foto, nos comemos la bruschetta y  guardamos la tabla hasta la próxima ocasión.

¿Hay oficio más divertido que el de fotógrafo culinario??

Nos vemos en unos días con las novedades de Lightroom 5.