Dos rojas lenguas de fuegoque, a un mismo tronco enlazadas, se aproximan, y al besarseforman una sola llama; dos notas que del laúda un tiempo la mano arranca,y en el espacio se encuentrany armoniosas se abrazan;dos olas que vienen juntasa morir sobre una playay que al romper se coronan con un penacho de plata;dos jirones de vapor que del lago se levantany al juntarse allá en el cieloforman una nube blanca:dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas.
No he traído mucha poesía al blog, lo se. No leo mucha poesía tampoco y la mayor parte no es demasiado convencional como se ha podido ver en Cuando los nazis vinieron por los comunistas. Sin embargo, es imposible hablar de poesía y no nombrar a Bécquer, una de sus figuras más representativas.
Bécquer nos enseñó que volverán las golondrinas a anidar en primavera, cuando los sentimientos son cálidos, y que Poesía eres tú cuando te da la luz adecuada, nos enseñó el valor de un beso en su famosa frase; yo no sé qué te diera por un beso, se atrevió a preguntar por Los suspiros y a decir Duerme para observar, sin temblar, a ese sentimiento que fue desgranando a lo largo de su trayectoria poética que es el amor. Para este autor la vida Es cuestión de palabras, y las suyas, admiradas, de culto, también han salido a las calles para convertirse sus rimas en algunas de las más famosas y conocidas por todos, aficionados o no a este género. Por eso me ha costado elegir poema para la entrada de hoy.
Al final me quedo con este que para mí es la imagen que va del musical sentimiento a la pasión que estalla. Tal vez un poco menos conocido que los que nombraba antes y precisamente por eso, una opción para adentrarnos un poco en sus letras dejando las ya trilladas.
Y vosotros, ¿qué poema de Bécquer conocéis?
Gracias