El pasado 13 de agosto andaba fuera de estas lides cibernéticas, por lo que no pude difundir la inmensa alegría de todo un pueblo, celebrando el 85 cumple de Fidel, así que no más regresar, quiero compartirles este hermoso Dossier que en su homenaje publicara la Jiribilla.
Feliz cumpleaños, mi Comandante: no llego tarde porque cada día del año hacemos una fiesta en su homenaje!!
Un elegido de la historia
Por Pablo Armando Fernández
En 1926 nació en la provincia de Oriente Fidel Castro Ruz. Un joven inteligente, culto, de buena posición económica, que hubiera podido dedicar toda su vida a viajar por el mundo y a conocer muchachas hermosas que seguro lo estarían esperando. Pero se dedicó a tratar de recuperar a Cuba, a hacerla libre, independiente, soberana, como lo hizo el primer cimarrón que construyó un palenque o nuestro Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes.
Fidel es pura historia, es un elegido, un enviado. Hace medio siglo que él supo alcanzar lo que otros no pudieron hacer otorgando sus vidas y sus fortunas. Eso es lo que todo cubano debe respetar, su lucha por darnos un rostro y una voz propios, que es ser cubanos.
Fidel es un hombre extraordinariamente culto, que ha leído lo esencial, lo imprescindible para conocer aquello que se nos hace absolutamente necesario. Él lo dijo en un almuerzo en el que estuvimos junto con Harry Belafonte: “la cultura es lo único que nos enseñará ese proceso ético y espiritual de ser cubano”.
No hemos tenido una amistad en el sentido de compartir el tiempo que para eso se necesita. En 1955 le escuché un discurso en Nueva York, en 1959 lo encontré en el suplemento literario Lunes de Revolución donde trabajaba y fue la primera vez que lo vi de cerca. Luego lo encontraba en las recepciones, encuentros o eventos en que participábamos y, en 1990, cuando iba a cumplir mis 60 años, él me los celebró.
Resulta que estábamos en una recepción del Premio Casa de las Américas en el Palacio de las Convenciones y, de momento, él se me acercó muy gracioso y me dijo: “tú siempre tomando Juanito el Caminante en vez de tomar whisky cubano”. Le respondí que en Cuba había muy buena cerveza, buen aguardiente y ron, pero yo había tomado mi primer trago en los EE.UU. a los 17 años y era whisky. Estuvimos conversando de esas cosas por un rato, y cuando se iba me dijo que me llevara whisky cubano. Miguelito Barnet se le acercó y le comentó que era el primer regalo que me hacían antes de cumplir 60 años, y Fidel dijo entonces que había que hacerme una recepción. Esther Pérez, quien entonces trabajaba en la Casa de las Américas, ofreció realizarlo allí y se celebró una fiesta bellísima, con muchos amigos e intelectuales.
Ese día me preguntó cómo me sentía y yo contesté: “soy el hombre más feliz de la Tierra, y no es un acto de vanidad ni de egoísmo, pero este momento yo no lo merezco. Lo merece usted, usted es el que debería tener un cumpleaños como este, pero no tiene un Fidel Castro que se lo haga”.
Después, Miguelito vino y me propuso celebrar el 70 cumpleaños de Fidel en mi casa. Hablé con Antonio Núñez Jiménez y Armando Hart Dávalos, que trabajaban por entonces con él, y reunimos a ese mismo grupo de personas que estaba en la Casa de las Américas seis años antes, personas que lo amamos. La idea no era que él estuviera aquí, sino que un grupo de amigos brindáramos por su salud, pero él llegó a compartir con nosotros junto con otros invitados. Al rato de estar aquí lo llamaron por teléfono porque lo estaban esperando en una cena y él, muy generoso y noble, le confesó a Maruja, mi mujer, que ojalá la vida le diera solo una hora más para compartir con nosotros en esta casa.
Todo lo que está sucediendo en América Latina hoy lo ha despertado Fidel. Evo Morales, Chávez, Correa, Bachelet, Cristina Fernández, y los demás cercanos a Cuba, vienen por él, por lo que ha legado su pensamiento.
Historia es lo que celebramos el 13 de agosto de todos los años, como conmemoramos el 28 de enero, porque entre Fidel y Martí hay una coincidencia inevitable. Su presencia es el apoyo, la asistencia de José Martí. Pidámosle a la luz que lo mantenga bien de salud por mucho tiempo.
Héroes inmarcesibles
Para Fidel
¡Qué alegría verte, escucharte!
Saber que el poeta redentor
en la acción se entrega a la Escritura,
como lo hiciera en el Principio, el Verbo.
Sumas unas tras otras las experiencias
compartidas en ciclos dedicados
en defensa de la Naturaleza
y sus especies, entre ellas el Ser Humano,
que ha de luchar por conservar su imagen
en la vasta, inabarcable Infinitud.
Por la Luz amparado,
sabes que en la Escritura se preserva
cuánto acumula el conocimiento.
Y siguiendo lo signos, que en el número
develan los senderos por seguir,
nos instruyes, como Martí, el Apóstol
que nos precediera, para reconocer:
“Patria es Humanidad”.
Atentos a esta revelación continuaremos
hasta alcanzar a plenitud la Paz
que héroes inmarcesibles lograron:
“La victoria estratégica”.
La Habana, 12 de agosto de 2010
Números reveladores
Para Fidel
Los números nos revelan
signos de Luz que ilumina
al ser humano y lo inclina
abrir las puertas que velan
penetrar otros dominios,
que esperan nuestro nacer
y nos permiten hacer
posible altos prodigios.
En Martí, el cinco y el tres
prodigan su nacimiento
que predice el monumento
a sus logrados deberes.
En Fidel el dos y el seis
hacen el hombre ejemplar
en el reino del palmar
que torna el mal al revés.
Esas fechas elegidas
por números redentores
se multiplican en flores
que aroman nuestras vidas.
El nueve y el cinco suman
la cifra libertadora
que nos condujo a la aurora
de lumbres que nos aúnan.
Esa cifra dio a Martí
el punto inicial: catorce,
e hizo del machete bronce propio, vencedor, en sí.
Mas, siempre hay que recurrir
al número digital
y es el cinco principal
señal en el combatir.
Martí y su noventa y cinco,
Fidel y el cincuenta y nueve
hacen que la Luz revele
su liberador ahínco.
Pues, el cinco en la estrella
alumbra nuestros sentidos
que manos y pies fluidos
andan por Cubita bella.
En Montecristi está Gómez
y en México Che Guevara
ambos con la luz que ampara
y libera de tenciones,
siguen a Martí y Fidel
por los serpenteantes mares
hasta encontrar los palmares
y los montes de laurel.
Martí eligió Playita
y Fidel Las Coloradas.
Fe y Esperanza aladas,
a la lucha les incita.
El dos y el ocho invocan
a develar lo prescrito
en cursos de lo infinito
que a seguirlos nos convocan.
Números que corroboran
cómo reclama la historia
se recurra a su memoria
que conserva cuanto añoran
quienes en el ocho y dos
regresaron con Fidel
para serles siempre fiel,
corazones enfrenados.
La goleta Brothers saca
a Martí para traerlo
a Cuba, que debe verlo
protegido en su casaca
corporal, como los otros
que regresaron en Granma
con sus defensivas armas
para en ellas ser nosotros.
La Habana, 3 de agosto de 2010
http://www.lajiribilla.cu/2011/n536_08/536_30.html