Habilidades.
Sí, es cierto que esto depende en ambos juegos de la clase que elijas, así que es un poco complicado hacer una comparación justa de cual de los dos héroes tiene una mayor o mejor colección de habilidades, ¿o no?El Inquisidor "de serie" puede ir cerrando brechas de las que salen demonios y tal, y eso está muy bien en épocas de crisis, pero una vez cerrados todos los portáles del juego solo tienes una puta mano de la que sale luz verde. Por otro lado Dovahkiin puede absorber el alma de los dragones que se carga y así trincar sus habilidades, mola bastante más que tener una puta mano verde.
Ganador: Dovahkiin.
Poder.
Aquí no hay color, no hablo de poder en plan fuerza, si no de poder del real, del que le mola tener a Esperanza Aguirre.
Ganador: El Inquisidor.
Carisma.
Este otro punto es bastante subjetivo, porque habrá a quien le flipe Dovahkiin, pero no entiendo mucho porque, bueno sí, porque se mole mucho así mismo y se monte su película en la cabeza de como es el personaje (que eso tampoco es malo hablando de un RPG).Pero francamente, no hay más que ver como se las apaña El Inquisidor para caer bien a toda su tropa para ver quien es el más carismático de ambos, y ojo, esto no es baladí porque entre la tropa de Dragon Age Inquisition hay votantes de VOX (Cassandra, Vivienne...), de Podemos (Varric..), Happyflowers (Sera, Cole...) y del PC (Leiana). Este tío si que causa consenso y no Andrés Iniesta.
Ganador: El Inquisidor.
Cojones.
Bueno, aquí en un principio hay bastante igualdad, ambos tienen bastantes huevos (u ovarios, que también si pillas un PJ femenino), pero lo cierto es que uno va acompañado de tres colegas y tiene todo un ejercito detrás y el otro está más solo que el Amiibo de Peach en las estanterias de los GAME o de los Alcampo.
Así que si eres de los que hay visto venir un dragón sin inmutarte mientras sonaba el temaco de Skyrim... convendrás conmigo que nadie tiene más cojones que el Sangre de Dragon™.
Ganador: Dovahkiin.
Sex appeal.
Con algo había que desempatar.
En Skyrim puedes tener esposa o marido y tal, pero na, ni puta gracia tiene.
Resultado final.
Pues eso, donde esté un personaje libertino con el que poder tener una gran variedad de experiencias amatorias (aunque todas monogámicas, en este sentido nos ha salido un poco tradicional), que se quite tene sangre de dragón y más cojones que Simeone.