Si os interesa conocer esta obra atemporal, os recomiendo la edición que yo misma compré de Debolsillo ilustrada por Jae Lee. Tiene unas auténticas preciosidades, magníficas, aunque tal vez no del todo fieles a los personajes descritos por Bram Stoker en el relato. Aún así, creo que merece la pena ;)
Por insistencia del Conde, que no admite una negativa, Harker escribe a los suyos para indicarles que permanecerá durante más tiempo del previsto en esa inhóspita región de los Cárpatos. El misterioso Conde le advierte que sólo la habitación que se le ha adjudicado es segura, debiendo evitar el resto del castillo. Cuando comprende que es prisionero del Conde, realiza unos inquietantes descubrimientos que le hacen empezar a temer por su vida.
Por otro lado, su prometida, Mina Murray se reúne con su amiga de la infancia, Lucy Westerna. Ésta le habla de tres candidatos que compiten por su amor. Uno de ellos es Quincey P. Morris, joven millonario estadounidense de Texas. Otro es Arthur Holmwood, perteneciente a la alta sociedad londinense y auténtico dueño del corazón de Lucy. Por último está el Doctor John Seward, director de un manicomio y quien pedirá ayuda a su antiguo mentor, el profesor Abraham Van Helsing, cuando los hechos extraños empiecen a sucederse en torno a su amor no correspondido.
Ir a los clásicos es sinónimo, casi siempre, de una buena lectura. Ésta no ha sido una excepción.
Drácula ha sido una muy buena lectura, aunque con sus pegas importantes. La historia ya la conocía por la película de 1992 de Francis Ford Coppola pero no importa, conocer por completo esta novela icónica merece la pena, aunque no es menos cierto que si tuviese que elegir me quedaría con la película.Quizás sea una herejía decir eso, pero es que la novela presenta un problema de extensión relativamente importante. No le sobran demasiadas páginas, siendo en mi edición casi 500, pero sí que algunas menos le habrían venido muy bien. Los personajes en ocasiones dan demasiadas vueltas y da la sensación de que la trama no avanza. Hay una falta de agilidad que ni mucho menos hunde la obra, pero sí que la lastra.Otra cosa por la que preferiría la película es que, aunque inventan ciertos detalles respecto a la novela, me parecen un añadido interesante y que aquí he echado de menos. No sólo le daban a Drácula como personaje otro matiz, una doble cara más allá del vampiro cruel, sino que recogían el morbo sexual que en la novela está totalmente autocensurado pero se percibe en algunos pasajes. Que, por cierto, por mucho que la novela lleve su nombre, una vez que se separa de Jonathan en su castillo, las apariciones de Drácula se hacen más esporádicas y, aunque no deja de estar presente en las mentes de todos, muy pocas veces hace acto de presencia.
Algo que, en cambio, me ha gustado mucho ha sido la valoración de la mujer con un papel activo en los hechos. Precisamente, cuando apartan a Mina del grupo que se forma para luchar contra el vampiro, para así protegerla, es cuando las cosas van peor y la tienen que volver a meter para hacer uso de su inteligencia. Aunque sea sólo por saber apreciar sus ideas y sus habilidades, ya es un paso importante en una novela escrita en 1897 por un hombre.
Como curiosidad, debo decir que a los pocos años de haberse escrito el libro se descubrieron los tipos sanguíneos, un hallazgo científico que echa por tierra unos hechos importantes de la novela. Pero claro, Stoker se adelantó con su historia. Ahora hay que leer estos pasajes con ojos de la época y omitir el error tan grave que en realidad cometió.
En definitiva, Drácula es una novela clásica que merece la pena ser leída aunque ya se conozca su historia. La he disfrutado mucho en líneas generales y me ha dado pena que haya ido decayendo hasta un desenlace, sencillamente, malo. Aún así tiene pasajes magníficos y conocer a los personajes originales y la trama real de la historia merece la pena.