Año: 2014
Duración: 92 min.
País: Estados Unidos
Director: Gary Shore
Guión: Matt Sazama, Burk Sharpless
Música: Ramin Djawadi
Fotografía: John Schwartzman
Reparto: Luke Evans, Sarah Gadon, Dominic Cooper, Zach McGowan, Samantha Barks, Thor Kristjansson, Art Parkinson
Productora: Universal Pictures / Legendary Entertainment
Una historia original sobre Vlad Tepes o Vlad el Empalador, el príncipe rumano en el que se inspiró Bram Stoker para escribir su célebre novela (1897) y crear al vampiro más famoso de todos los tiempos. La película narra la trágica vida de Vlad, qué dilemas tuvo que afrontar y cómo se convirtió en un vampiro.
Estamos viviendo una nueva ola de adaptaciones de viejos clásicos. Recordar cuándo por allá en la década del ’30 la Universal Studios, nos brindaba historias de terror como “El monstruo de la laguna negra”, “El hombre lobo” o “Frankenstein”; uno solo de ellos logró labrarse un nombre en la historia del cine, y en la misma historia de la humanidad: Vlad Tepes o más conocido como Drácula, es la misma estampa del terror en sí.
Recordar a este mítico personaje histórico, cuya fascinación por empalar a sus enemigos y beber su sangre, entre otros fetichismos, quedan plasmados en esta versión fílmica más arraigada al mito que al texto creado por Bram Stoker en 1897. Pero mientras que Stoker trató de fantasear con el mito creando su propio universo; el film dirigido por el principiante Gary Shore, se apega más a la leyenda en concreto, agregando elementos fantásticos. Incluso, vemos en los créditos iniciales que Shore se inspiro mucho en la versión de 1992 de Francis Ford Coppola.
Este nuevo Conde Drácula – quien ahora es príncipe – está encarnado de forma acertada por Luke Evans (Bardo en la trilogía “El Hobbit”), cuya interpretación reúne una potencia psicológica que ninguna otra versión de Drácula ha logrado plasmar. Aquí Vlad, no es un monstruo, sino un hombre, un líder que defiende a su pueblo del Imperio Otomano, liderados por el Sultán Mehmed (Dominic Cooper), quien pretende hacerse con 1000 hijos de transilvanos, a cambio de evitar una nueva guerra. Dentro de esos jóvenes, se encuentra Ingeras (Art Parkinson), el hijo de Vlad y su esposa Mirena, interpretada por una sensual Sarah Gadon.
Todo cambia, cuando Vlad se da cuenta que no podrá ganarle al Sultán y su mastodóntico ejército. Por lo cual, recurre a una criatura ancestral llamada Máster Vampire (muy similar al Conde Orlok, interpretado en 1922 por Max Schreck), interpretado de una manera sobria por Charles Dance (Tywin Lannister en la serie “Juego de Tronos”). Esta criatura parece ser el que ha seducido al “Hijo del Dragon” (Vlad) a las tinieblas – una especie de relación parecida entre Lord Sidious y Darth Vader en la saga “Star Wars” – por lo cual, Máster Vampire le confiere sus poderes a Vlad – regeneración, inmortalidad, control de criaturas nocturnas y placer por la sangre – por tres días. Como todo trato con una criatura del mismo averno, durante esos tres días Vlad no puede probar sangre, pues corre con la maldición de convertirse en un ser sediento de sangre.
A partir de este momento, veremos una lucha de dualidad interna entre Vlad, el hombre, y Drácula, el monstruo. Este tipo de luchas internas jamás ha sido plasmada por ninguna encarnación de Drácula, por citar a Bela Lugosi o Christopher Lee, quienes sólo retrataban el lado elegante y siniestro del personaje. Ni tampoco el romanticismo sobrenatural de Gary Oldman. Evans acuña de forma justa con todos los parámetros establecidos por otras interpretaciones. Elguiónn de Matt Sazama y Burk Sharpless busca darnos una mirada justiciera y heroica al monstruo legendario.
La fotografía de John Schwartzman es impecable. Sabe perfectamente los puntos de vista que tiene que tomar, y realza de una forma simbólica el color rojo en todo el film; casi podríamos decir que se ha sentido inspirado en el film de Nicolas Roeg “Venecia rojo shocking” (Don’t Look Now, 1973). Por otro lado, la banda sonora compuesta por Ramin Djawadi, fluye libremente con los paisajes majestuosos de Irlanda.
A diferencia de lo que hemos visto con “Yo, Frankenstein” cuya historia es totalmente ficticia, y por consiguiente sus resultados fueron fallidos; “Drácula: La Historia Jamás Contada” carece del factor terrorífico de otras adaptaciones; pero logra adentrarnos en la historia más fiel posible. Vlad fue un héroe para muchos; un monstruo para sus enemigos. Para nosotros, es ya una leyenda.
Puntuación