Dragón negro, mujer pájaro

Publicado el 07 febrero 2014 por Evagp1972


Esta noche he tenido un sueño intenso y extraño, de ésos que recuerdas perfectamente al despertar. 
Estoy en un lugar elevado, aunque al mismo tiempo soy capaz de verlo todo muy de cerca, y sin cambiar de posición. Miro a mi derecha y veo un dragón chino de color negro que avanza serpenteando en el aire. El silencio es absoluto, irreal. Cada vez está más cerca y tengo la sensación de que va a suceder algo importante. El dragón mira hacia abajo y ve una mansión de paredes blancas y tres pisos, con un tejado de pizarra a dos aguas. De algún modo yo sé que ésa es mi casa. El dragón se lanza sobre ella y con las garras destruye el tejado y se acomoda entre las ruinas como lo haría un gato enorme y satisfecho, como si mi tejado fuera un cojín grande y mullido, ideal para que un dragón negro se quede durmiendo allí. Sé que no tiene ninguna intención de moverse; lo sé y no me da miedo. Simplemente me sorprende, y hasta cierto punto me fastidia, que un dragón negro haya llegado volando y que haya hecho volar por los aires parte de mi casa, aunque en el fondo es como si, de algún modo, lo hubiera estado esperando. No me preocupa demasiado que se quede donde está, y de  hecho lo que ha sucedido me parece lo más natural del mundo. 

Miro a lo lejos, a mi izquierda, y recortado contra el cielo veo un árbol muy frondoso que no hunde sus raíces en el suelo, sino que flota en el aire. En una de sus ramas veo a una mujer desnuda, en cuclillas y con la melena suelta, despeinada, que mira alrededor como si buscara algo con mucho interés. Cuando el dragón se queda dormido ella me mira - a pesar de la distancia, yo sé que me está mirando- y se pone en pie, sonriéndome. Me pregunto de qué me conoce. Su rostro me resulta familiar, aunque está desdibujado. Lenta, majestuosamente, ella extiende los brazos y los mueve como si quisiera darme clases de vuelo. Aunque yo no me mueva de mi lugar, puedo verle los ojos como si la tuviera a veinte centímetros. Tienen el mismo brillo que las escamas del dragón.