Este drama debería titularse algo así como «¿Dónde está la trama?». Hacía años que no veía un guion tan pobre. Porque los ha habido más acertados y menos acertados, mejor ejecutados y peor ejecutados, pero tan pobre como este, pocos. De hecho, aparte de un desfile interminable de criaturas mitológicas, no hay una trama real más allá del enfrentamiento entre estas criaturas y una forzada historia de amor entre un zorro de miles de años con una humana a la que conoce con nueve añitos.
Hice un esfuerzo descomunal para pasar estas dos cosas y llegué al capítulo 10 haciendo un esfuerzo sobrehumano para meterme en la historia, pero no dejaba de preguntarme a dónde iba todo aquello. Desde luego, si en el décimo capítulo no ha mejorado nada, es difícil que lo haga en los seis episodios siguientes.
¡Qué aburrimiento! Ni los protagonistas tienen química, ni los personajes están bien desarrollados, ni los efectos especiales son buenos, ni la trama conduce a ningún sitio, ni… ¿sigo?
Este drama parece haber sido creado para mayor lucimiento de Lee Dong Wook. Y ¡eh! Yo soy la primera que lo agradece, que lo sigo desde hace muchos años y nunca lo había visto brillar tanto como en los últimos años. Sin embargo, su rendimiento en este drama es deficiente. Nada que ver con lo que hizo en Strangers Hell, aunque se ve que intenta darle ese aire siniestro al personaje, cosa que no consigue ni por asomo.
Veréis, por lo general me gustan las series de fantasía que hacen los coreanos, pero en ocasiones fracasan estrepitosamente y este es el caso. No comprendo las notas tan altas que le dan a la bendita serie, porque más allá de un deficiente Lee Dong Wook y un sobreactuado Kim Bum, ¿qué más tiene? Bueno, entiendo que es suficiente, que yo misma me he tragado diez episodios por el primero.
La serie no es original y no presenta nada nuevo. Reencarnación, mitología, lucha entre el bien y el mal, un protagonista masculino al que intentan convertir en el antihéroe perfecto, un dios de la montaña con unas capacidades que van más allá de lo imaginable y el intento de hacerlo parecer simpático y todo.
Y no, la combinación no funciona. Y tampoco Jo Bo Ah, a la que me cuesta creerme. Pero lo peor es que no entiendo qué pinta ahí el romance, porque mira que es difícil tragarte que esos dos están enamorados. Ni en una vida, ni en la otra. Primero, porque cuesta creer que alguien se enamore de una persona a la que ha visto crecer y, segundo, porque no me ofrecen elementos que me hagan creer que están enamorados hasta las trancas. Lo siento, pero no.
Me gustaría que dejasen de romantizarlo todo. ¡No es necesario! Hay ocasiones en las que la historia te pide un romance y otras en las que una buena amistad es más que suficiente. Meter un romance con calzador es lo peor que se puede hacer. Y ya no se trata de que sea un zorro con apariencia humana, es que hay cosas que no deben darse y punto. El que presenten a las novias de seres inmortales desde que son niñas me parece terrible. El caso más sangrante fue Goblin, cuyo primer encuentro con su futura novia es cuando esta todavía está en el vientre de su madre. ¿A dónde vamos? Comprendo perfectamente las diferencias culturales, pero lo que está mal, está mal. ¡Dejemos a los niños en paz, coño!
¿Es que es tan difícil presentar el romance con una mujer ya adulta? ¿Es necesario que las vean crecer o que se enamoren de ellas cuando tienen diecinueve años? ¡Por favor!
Pero olvidemos el intento de vendernos una historia romántica. Corramos un tupido velo. Vamos a por la relación entre los hermanos, que en principio me parecía lo más interesante: el niño traumatizado que se siente abandonado por su hermano y no hace más que mostrar su dolor con rabietas. Pero sus rabietas son tan peligrosas como despertar a un demonio. ¿Y me tengo que creer que el amor fraternal todo lo resuelve? ¿Que el perdón viene de la mano del arrepentimiento? Lo siento, pero no. Puedo comprender la relación entre ellos, pero no acaba de llegarme.
Respecto a todo lo demás… pues tampoco soy capaz de meterme en la historia. Ni los diálogos son buenos, ni la trama lo es. De hecho, hay momentos en los que da la impresión de que el guion va a la deriva por los mares escrituriles. Y no sé si se debe a un guion pobre o a los recortes en la sala de edición, que es una opción tan válida como otra cualquiera. Además, toda la parte de la isla me ha recordado horrores a Children of a Lesser God excepto por la parte de fantasía. Sí, ya sé que ambos salieron de la misma persona, pero leñe… es como mis escenas de bañera (me río porque reconozco mi error, conste).
En fin, que ha sido otra decepción tremenda porque esperaba esta serie con tanto entusiasmo como otras que este año me han decepcionado un montón.
Como siempre, esta es una opinión totalmente subjetiva. Es lo que yo he visto y no tiene por qué coincidir con lo que tú ves.
Por cierto, nunca había abandonado tantos dramas como este año. Estoy muy sorprendida (y decepcionada), pero no pierdo la esperanza.