Sin ni siquiera sonrojarse, el presidente estadounidense que prometía eliminar las armas atómicas y que sobornó el jurado de Estocolmo para comprar el Premio Nobel de la Paz ha decidido reactivar y modernizar su arsenal nuclear. Los únicos decepcionados serán los ingenuos que creyeron sus promesas, escribió Manlio Dinucci en la Red Voltaire.
Pero, ahora, a los detalles que se conocen para que sea difundido ampliamente y que cada quien reflexione en profundidad y haga lo que le corresponda.
Un billón de dólares en las próximas tres décadas es el valor del programa atómico en fase de desarrollo en Estados Unidos, según un estudio federal reportado por el New York Times.
En el marco de esa modernización, la administración Obama acaba de construir en Kansas City una enorme instalación –más grande que el Pentágono– donde miles de especialistas, dotados de tecnología futurista, «modernizan» las armas nucleares, poniéndolas a prueba con sistemas avanzados que no exigen la realización de explosiones subterráneas. La instalación de Kansas City es parte de un «complejo nacional en expansión para la fabricación de ojivas nucleares», que incluye 8 nuevas grandes instalaciones y laboratorios cuyo personal cuenta 40 000 especialistas.
En Los Alamos (Nuevo México) se inició la construcción de una nueva instalación de grandes dimensiones para la producción de plutonio para las ojivas nucleares. Y en Oak Ridge (Tennessee) se construye otra para la producción de uranio enriquecido para uso militar. Sin embargo, ha habido que frenar los trabajos porque el costo del proyecto de Los Alamos aumentó, en 10 años, de los 660 millones de dólares iniciales a 5 800 millones de dólares mientras que el de Oak Ridge aumentó de 6 500 millones a 19 000 millones de dólares.
La administración Obama ha presentado en total 57 proyectos de modernización de instalaciones nucleares de carácter militar. El Buró de Contabilidad gubernamental aprobó 21 de esos proyectos y 36 están en espera de aprobación. El costo estimado se eleva actualmente a 335 000 millones de dólares en 10 años. Pero esas cifras no son más que la parte visible del iceberg ya que al costo de las instalaciones nucleares hay que agregar el de los nuevos reactores nucleares.
Tal expansión, según el New York Times- se produce bajo un presidente como Barack Obama, que recibió el premio Nobel de la Paz, llevó adelante una campaña por el mundo libre de armamento nuclear e hizo del desarme uno de los objetivos principales de la política de defensa estadounidense, escribió la agencia italiana ANSA.
Los datos sobre la renovación del arsenal nuclear presentados por el periódico estadounidense 'The New York Times' afirman que a lo largo de los próximos 30 años EE.UU. intenta invertir, según las estimaciones preliminares, entre 900.000 millones y 1,1 billones de dólares en la modernización de sus capacidades nucleares. El programa comprende, entre otras medidas, la compra de 12 nuevos submarinos, 100 bombarderos y 400 misiles lanzados desde tierra, indica 'Tages Anzeiger'.
El volumen de los gastos será objeto de debates en el Congreso estadounidense el año que viene, pero la justificación ya es conocida: según los oficiales estadounidenses, "la invasión de Putin en Ucrania ha hecho un desarme unilateral políticamente imposible".
Cabe recordar que ningún organismo internacional, incluyendo a la ONU y EE.UU., presentó pruebas viables de la presencia militar de Rusia en Ucrania a pesar de la campaña de acusaciones que se desató en los medios occidentales. Al mismo tiempo, la hostil retórica utilizada en el marco de la crisis en Ucrania también anima a otras potencias mundiales a fortalecer su defensa, incluyendo sistemas de disuasión nuclear, informó Rusia Today.
En 2009 Obama acordó con Moscú disminuir los arsenales nucleares de EE.UU. y Rusia en 750 unidades cada uno. En 2013 propuso retirar otras 1.000 unidades. Ahora, en vez de disminuir los arsenales nucleares, lanza un complejo programa para su renovación. "La visión de un mundo sin armas nucleares, evidentemente, ya no se tiene en cuenta", concluyó 'Tages Anzeiger'.
Italia está directamente implicada en el proceso de «modernización» de las fuerzas nucleares estadounidenses. Las 70 o 90 bombas atómicas estadounidenses B-61 de caída libre almacenadas en [la base aérea de] Aviano (en la provincia italiana de Pordenone) y en Ghedi-Torre (en la provincia italiana de Brescia) están siendo transformadas en bombas «inteligentes» con sistemas de guía de precisión, cada una con una potencia de 50 kilotones (casi 4 veces la potencia de la bomba de Hiroshima), particularmente adaptadas a los nuevos aviones de combate F-35 que Italia se ha comprometido a comprar, escribió también Manlio Dinucci.
Rusia y China tendrán que acelerar el trabajo tendiente a potenciar sus propias fuerzas nucleares adoptando contramedidas tendientes a neutralizar el «escudo antimisiles» que Estados Unidos está instalando para poder lanzar un primer golpe nuclear sin temor a ser objeto de la lógica represalia.
Obviamente, el despliegue de la OTAN hacia el Este de Europa ni es casual ni debe verse en esta renovada visión de la Guerra Fría, que se va a calentar si las fuerzas y movimiento sociales, así como los pacifistas en el mundo, no lo impiden esta vez.
Obama merece que le retiren el Premio Nobel de la Paz que lo ha empleado en hacer la guerra y Estados Unidos está participando en más de cien escenarios bélicos. El capital financiero y especulativo que Obama y otros líderes representan, agrandan el polvorín en que han convertido el Planeta.
Solo queda comprobar si los medios clamarán por la paz o irán a la guerra de nuevo, como están mostrando hoy con la cruzada contra el terrorismo sin análisis sustantivo de causas y ocultando estas verdades que solo unos pocos se han decidido a informar, y no los grandes mass media, por cierto.