Considerada una película de culto, Drive convence gracias a, sobre todo, un baño visual-artesanal aplicado por su director, Nicolas Winding Refn. Estamos en presencia de un relato de cine negro tan impactante como impecable en lo que concierne a la fotografía, con una poderosa banda sonora que acompaña a la perfección el slow motion (en ocasiones agotador) que se impone en unas cuantas secuencias. Pero Drive también la juega de drama, romance (con un estilo muy peculiar), thriller y unas contadas pero efectivas dosis de acción. Ryan Gosling parece de piedra. Un tipo frío, inexpresivo, que a cara de póker trabaja en un taller de autos mientras también es piloto especialista de cine. Además (y esta es la parte turbia y más atractiva), suele obrar como chofer de delincuentes en las oscuras noches de Los Ángeles. Un tipo recio, de pocas palabras que parece esbozar una sonrisa sólo y cada vez que se topa con su vecina (Carey Mulligan).
LO MEJOR:Gosling siempre cumple. Ambientación, dirección de fotografía. Instantes de tensión y acción. LO PEOR:lenta, en demasía. La pomposidad visual no se condice con el transcurso de los acontecimientos. Deja un sabor agridulce.
PUNTAJE:6,7