GUIÓN: Hossein Amini (Novela de James Sallis)
MÚSICA: Cliff Martinez
REPARTO: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Albert Brooks, Ron Perlman, Bryan Cranston, Oscar Isaac, Christina Hendricks, Tina Huang, Joe Pingue, James Biberi, Kaden Leos
SINOPSIS
Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon (Brian Cranston), su jefe, que conoce bien su talento al volante, le busca directores de cine y televisión o criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver cambia el día en que conoce a Irene (Carey Mulligan), una guapa vecina que tiene un hijo pequeño y a su marido en la cárcel.
CRÍTICA
Varias motivaciones son las que llevan a cualquier cinéfilo a cruzarse con un film como ‘Drive‘, por un lado saber que no ha dejado indiferente a nadie que la ha visto y que se agrupan en número tanto los que la consideran obra maestra indiscutible como aquellos que la consideran un farol pretencioso. También llama en consideración el que en algunos círculos se la vea una película “engañosa”, en el sentido que por argumento puede parecer la típica película de persecuciones de coches, pero existan demasiados “outputs” que apunten a lo contrario, desde su cuidada banda sonora (compuesta a base de sintetizadores ochenteros por parte de Cliff Martínez, ex-bateria del grupo Red Hot Chilli Peppers) hasta un cartel en el que la mirada preocupada de Ryan Gosling al volante ya despierta curiosidad… ante estas premisas, caemos encantados en la trampa. A partir de este punto lo mejor es informarse lo mínimo (para no agigantar “el hype”), comprarse una entrada y visionarla.
“Si conduzco para ti, tú me dices dónde y cuándo y yo te doy cinco minutos. Durante esos cinco minutos soy tuyo, pase lo que pase. No miro lo que haces, ni tampoco llevo pistola. Sólo conduzco.”
Bajo estas condiciones arranca ‘Drive’, un mensaje que también nos lanza su director el danés Nicolas Winding Refn (el auténtico conductor) invitándonos a acompañarle a un viaje donde no sé sabe hacia donde se va, ni se pregunta, porque él dicta las normas. En un intenso ejercicio de estilo, que ya habia mostrado en el pasado en su trilogía danesa ‘Pusher‘, la aventura vikinga ‘Valhalla Rising‘ y la británica ‘Bronson‘, improntas de un realizador muy dado a jugar con lo visual, como elemento vitamínico de su cine.
No en vano, el silencioso protagonista (el conductor), en la piel de Ryan Gosling (‘Crazy, Stupid love‘) se convierte en el hilo por el que se sostiene la trama, un personaje sin nombre, especialista de cine y mecánico de día, conductor de fugas de noche y del que se obvia un oscuro pasado, pero que en el momento que conoce a su vecina, la inocente Irene (Carey Mulligan) y a su hijo, su historia dará un vuelco, sobretodo en el momento que descubre que su marido ex-convicto tiene deudas con la mafia. Un arquetípico antihéroe, que en manos equivocadas podia haber caido en la carícatura, pero que el protagonista de ‘The Believer‘ lo convierte en un ícono moderno, un nuevo Travis Bickle, un forajido o ronin urbano, gracias a una actuación comedida, que maneja con astucia y sobriedad.
Sin embargo la cinta también nos deja una historia que deambula en la simplicidad, cae premeditadamente en tópicos de género, dejándose llevar en volandas por unos personajes (tanto principales como secundarios) poderosos encarnados por actores en estado de gracia (algunos en auge televisivo) de la talla de Ryan Gosling, Carey Mulligan, Albert Brooks, Ron Perlman (‘Sons of Anarchy‘), Christina Hendricks (‘Mad Men’) y Bryan Cranston (‘Breaking Bad’), que aportan dosis de talento en forma de registro interpretativo tapando carencias de la cinta, como una inverosimil historia de amor platónico, compuesta a base de miradas y silencios, que bien funcionan en el cine oriental con directores como Wong Kar Wai (‘Desando amar‘), pero que aquí se nos antoja como un pecado de frivolidad, hecha con elegancia y gusto, pero a pesar del esfuerzo del los intérpretes está lejos de ser creíble.
Un artículo original de Me va de cine
La intro de la película con música de Kavinsky, tema Nigthcall para que entren ganas de ver la película: