El Derecho Romano contemplaba que el dueño del suelo era el dueño del vuelo, todo en altura sobre su cabeza le pertenecía. Con la navegación aérea comenzó la regulación internacional del uso y dominio que pertenece a cada Estado así como las autorizaciones necesarias para surcarlo. La generalización de los drones como instrumento de transporte y como juguete ha creado una situación de descontrol gubernamental, pero eso no es óbice para que su uso ilegal genere las penas que correspondan por atentar contra derechos fundamentales, sobre todo cuando esos aparatejos pueden llevar incorporadas cámaras de emisión directa que toman fotografías o vídeos, violando la intimidad y vida privada de las personas, y creando riesgo en la seguridad del domicilio al grabar desde el aire las circunstancias internas de recintos vallados a los que solamente tienen acceso legal sus propietarios o personas autorizadas o invitadas por éstos. De modo que, aviso a navegantes presuntos delincuentes, no sea que un rato de morboso fisgoneo les depare graves consecuencias.
A vuela pluma de Elisa Docio, ahora también en "Curiosón", @2016