Drowse es la inyección de nostalgia para quien deja atrás sus años de adolescencia y el recuerdo de su libertad.
Quien la escucha, y aun es un joven, (como el muchacho que interpreta Roger en la canción), seguro que empatizará con su mensaje y sentirá más que nadie la intensidad de esos sentimientos, que giran como una noria, como los altibajos de la melodia de Drowse.
Es el viaje de vuelta a la realidad, cuesta tanto soltar el sueño...las cosas que llegas a pensar en esos años: en lo que hiciste ayer, en lo que te espera hoy, en lo que tienes proyectado, en lo que te gustaría ser o que sucediera... Son las imágenes que te invitan a quedarte en cama contruyendo tu propio mundo. Es el nudo en la garganta cuando sientes la intensidad y la pura exaltación de la juventud.
La letra es especialmente compleja, más que en ninguna otra canción, porqué pretende ser los pensamientos que llegan como olas a la mente, llenas de alternativas que sobrevienen en el ocaso del sueño.
Es precisamente en esa época donde aparecen las primeras ambiciones y objetivos, proyectos dorados que chocan con la realidad, y es entonces cuando eres conciente que ser un jóven de barrio, esta bien, cuando no aspiras a ser nada más, pero Roger nunca quiso ser el chico de la puerta de al lado, en ese momento, la vida, él la empezó a ver menos llana. Piensas tus planes de forma correcta pero los ejecutas mal, es fácil si lo haces sentado desde tu sillón, dice él. Por eso te das cuenta que mantener en pie todas las cosas que dijiste en tu juventud se convierten en cero para quien va creciendo y viviendo el dia a dia.
Mientras, durante tu trayecto hacia la lucidez, imagina que eres Jimmy Hendrix, Clean Estwood o William el Conquistador.