Las continuaciones siempre lo tienen difícil, además de al conocido dicho de que nunca fueron buenas han de enfrentarse a otro montón de obstáculos, como comparaciones y nostalgia entre otros.
Okamiden también nace con esa premisa, la de que su antecesor fue un gran éxito de crítica, aunque no de público, y se convirtió en juego de culto de muchos jugadores de la generación pasada y, gracias a Wii, de comienzos de esta. Por todo ello en esta secuela, hay altas expectativas y a buen seguro Okamiden las cumple como veréis en este análisis:
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