El edificio más alto del mundo, el hotel más alto del mundo, el centro comercial más grande del mundo, el parque acuático más grande del mundo… Dime de qué presumes y te diré de qué careces…
¿Hasta cuándo?
Progreso basado en la inversión extranjera, en un continuo esfuerzo por fomentar el turismo, y respaldado por los petrodólares de la capital, Abu Dhabi, son algunos de los ingredientes que hinflan día tras día la burbuja que es Dubai…
Y que no sabemos cuándo estallará….
Lo reconozco. Nunca me ha gustado la filisofía de esta ciudad. Pero, como rompedora de prejuicios que intento ser (o al menos eso digo en mi perfil personal de Twitter), allí nos fuimos a pasar 4 días.
¡¿4 días?!, se sorprendían todos. Y es que, o tienes mucha pasta, o eres un amante del lujo, las compras y el turismo de coche, u olvídate de estar más de dos días allí porque te aburrirás como una ostra: calles sin aceras por las que pasear, escasez de paseos marítimos, oferta cultural inexistente….
El Big Ben de Dubai. Son mundialmente conocidos por su originalidad…
Regida por la ley islámica (esa que dice que si robas, te cortan la mano; si asesinas, violas o ejerces pederastia, te mandan a la horca; y si vives en pecado con tu pareja o guardas alcohol en tu casa sin tener licencia y te pillan, vas al calabozo), nadie se escandalizará por encontrar, en lugares como el Dubai Mall (el centro comercial más grande del mundo), panfletos en los que se recuerda a las mujeres que hay que vestir de manera recatada cubriendo hombros y rodillas, y que las muestras de afecto entre amantes no son bienvenidas…
Lo gracioso de todo esto es que la filosofía escrita contrasta curiosamente con la realidad de la ciudad...
Esta mujer no ha entendido muy bien la sugerencia de cubrirse los hombros y las rodillas…
Pero bueno, supongo que bien lo dijo Groucho Marx: “Estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros”…
¡Que todo sea por el dinero!
Como indico, sólo he pasado 4 días en Dubai y, no sé si se puede decir que fueron intensos. Lo que sí puedo decir es que tuvimos la oportunidad de pasarlos acompañados por amigos que llevan residiendo en la ciudad dos años, y es por eso que conocimos algunos datos interesantes:
Dubai es uno de los 7 emiratos que componen los Emiratos Árabes Unidos, cuya capital es Abu Dabi y se encuentra situado en la región de Oriente Medio.
Su idioma es el árabe y la religión oficial es el Islám.
Se trata de uno de los países más ricos del mundo, con una economía liberal y abierta y con una elevada renta per cápita (41.692,00 $ en 2012 de acuerdo con el BCE, ocupando la posición 22 – España ocupa la posición número 30-) y un considerable superávit comercial anual.
Aunque se están realizando numerosos intentos de diversificación económica a través del fomento del turismo (tercer sector más importante con un 6% del PIB) y otorgando importantes beneficios a las empresas extranjeras implantadas en el país, y a pesar de que el peso del petróleo y gas en el PIB se ha reducido de un 74% en los años 80, a un 25% actual; lo cierto es que el crecimiento de este país ha sido impulsado sin duda alguna por el creciente precio del petróleo en el mercado internacional.
El gobierno de Dubái se rige por un sistema de monarquía constitucional, encabezado por el jeque Mohamed bin Rashid Al Maktum desde 2006.
Y, aunque Dubai no cuenta con numerosos puntos de extracción de petróleo en su territorio (el petróleo apenas representa el 5% del PIB del emirato en 2009), sí cuenta con el respaldo de papá Abu Dhabi, que es el que ha acudido a socorrer a la ciudad tras haber sido fuertemente sacudida por la crisis financiera actual y que tuvo, entre otras consecuencias, la retirada masiva de capitales privados.
De hecho, cuentan las malas lenguas que el Burj Khalifa (el edificio más alto del mundo), debería llamarse Burj Dubai, de no haber sido porque la intervención económica de Abu Dhabi puso como condición incluir el apelativo “Khalifa” en honor a Khalifa bin Zayed Al Nahyan, el sheik reinante de Abu Dhabi.
Los sectores que más contribuyen a la riqueza de Dubái son la construcción —22,6%—, el comercio —16%—, el entrepôt —comercio en puerto libre; 15%— y los servicios financieros —11%— (extraído de Wikipedia)
Dubai cuenta con una población de 2 213 845 personas (2013), siendo la mayor parte de la población extranjera. De hecho, se dice que sólo el 10% de los habitantes son nativos o, como allí se les llama, “locales”. A esta población local la encontrarás fundamentalmente paseando por los centros comerciales cargados con bolsas de marcas de lujo.
Por el contrario, en el día a día lo que verás será principalmente a indios (56%), Pakistaníes (16%) y filipinos (3%), que son la cara del sector servicios, y, por supuesto, la mano de obra (barata) de las colosales construcciones orgullo del país.
Por lo que cuentan, es curioso ver la manera en la que los “locales” tratan a estas personas, por ejemplo, ver cómo tiran el cambio al suelo para no tener que tocar la mano del indio que le ha puesto gasolina.
Me pregunto si los que ahora se bañan en dólares y menosprecian a los indios y filipinos que ponen cara al sector servicios de su páis, recuerdan que hace 50 años vivían así…
Por suerte, los europeos estamos mejor valorados allí (aunque parece ser que la tradición de que tu empresa, al convertirse en responsable tuyo, te quite el pasaporte a tu llegada, sigue siendo común – Sistema Kafala-). Esto, sumado a las importantes oportunidades de trabajo y progreso laboral que ofrece, han convertido a Dubai en el destino preferido de muchos profesionales.
Pero no me voy a enrollar más. Si queréis más información sobre la economía de la región, os animo encarecidamente a que visitéis la entrada de Wikipedia. Es muy completa y relevante.
¡Gracias por leerme!
Por cierto, la isla de The World, otro de los orgullos de la región, se está consumiendo bajo el mar…
¡¡Qué me ahogo!!
Una última cosa: es importante no olvidar que la Exposición Universal tendrá lugar en Dubai en 2020.
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