Y es que es curioso, a los matadores de toros al igual que al resto de la familia de la profesión taurina y a los aficionados, se nos ataca día sí y día también, se nos insulta llamándonos asesinos, sanguinarios, torturadores, sin olvidar otras lindezas…, y cuando sale uno a defenderse y se limita a preguntar si se duchan, toda esta gentuza monta en cólera.
Parece que los activistas antitaurinos tienen patente de corso para decir lo que quieran, pueden insultarnos y hasta tienen derecho a desearnos la muerte y los taurinos hemos de callar, callar y tragar con su odio, porque esta gente lo que demuestra es que nos odia. Una gente que equipara en derechos a un ser humano y a un animal. Algunos de los tweets que pude leer ayer son simplemente vomitivos; los taurinos no podemos permitir que estos mensajes continúen, por lo que es necesario que la Fundación del Toro de Lidia tome, de nuevo, cartas en el asunto y lleve a los tribunales de justicia a esta gente. Porque ya que a los taurinos no se nos permite ni hablar, nos tendremos que defender en los Juzgados.