Dudas de una mamá

Publicado el 17 febrero 2014 por Elisabet Cordeiro @eldesvandehugo
Ayer me encontré de casualidad con la mamá de un amigo de Hugo y empezamos a hablar de varios temas, entre ellos de nuestros peques pero no fue ese tema el que me hizo pensar toda la tarde. Esta mamá no se encuentra en su lugar materno, al igual que yo estamos y estábamos lejos durante el embarazo.
La escuchaba con atención explicar cómo perdió los papeles muchas veces, como se sintió desorientada, cansada sin ayuda, sin nadie en quien delegar, como su casa se hizo pequeña para sostener momentos de tensión, me llamo la atención una frase en particular "nunca había discutido tanto con mi pareja como ahora" algo que se me hizo muy familiar, si, hablamos de la ilusión de ser madres pero también de las ausencias, de las faltas, de la impotencia y de la rabia que a veces aparece y que nos hace sentir tan malas madres, porque los amamos!!!!!! pero cuando lloran durante los tres primeros meses de vida, cuando eres incapaz de entenderles y te hundes en noches sin dormir porque tu hijo no quiere tu pecho o porque tienes que dejar de dárselo nos hundimos en una gran pena, en que estaré haciendo mal. Pues bien nada, no hacemos nada mal solo estamos aprendiendo, nosotras a ser madres y ellos a ser hijos, estamos aprendiendo a querernos a entendernos y eso lleva su tiempo, claro que eso lo sé ahora después de días y meses de angustia.
Llegue a pensar que mi hijo me odiaba con todas las fuerzas del mundo. Odiaba dormir conmigo, odiaba que lo cogiese en brazos que le besase, era y es un niño independiente con muchas ganas de conocer el mundo, los días parecían no llegarle y su frustración por no llegar a todo le convertían en un niño enfadado con el mundo y conmigo, entendí que eso no podía seguir así, que no era manera de vivir así que me olvide del reloj y de horarios, despeje mi casa de todos los peligros que le rodeaban, protegí esquinas, enchufes, armarios y lo deje disfrutar de la  libertad, desde que se levantaba hasta que se acostaba era una niño libre sin hamacas, ni andadores ni parques que le prohibían esa libertad que tanto deseaba y entonces de repente todo empezó a fluir , el empezó a reír más, a querer caricias y abrazos, a darlos eso fue un gran paso, recuerdo que los primeros besos estaban llenos de gritos, de rabia y cuando empezaron a salir de él  fue una sensación hermosa un momento único, fue una primera vez que no esperaba que vino de sorpresa y porque él quiso como a mí me gusta.Todo lleva su tiempo aprendí a no imponer, a escuchar y a pararme para verlo crecer, aprendí que es una persona y que aunque necesite límites y una mamá que lo guié también necesita saciar el exceso de curiosidad  y de energía  con la que nació para poder ser feliz y así ha sido, hoy es todo energía, risa y curiosidad.
Escuchar a esa mamá me alivio me hizo sentirme menos torpe, menos desastre.
A menudo intentados guiar la maternidad como nos dicen que tiene que ser, pero cada niño, cada madre es diferente, si queréis disfrutar de la maternidad hacer caso de vuestro sentido común , no os dejéis llevar por consejos, por mitos o modas, creer en vosotras, todas llevamos una gran "mamá" en nuestro ser.
No todo es tan sencillo ni tan perfecto, a mí me costo acostumbrarme a ser mamá pero todo llega, y cuando se consigue la estabilidad de nuevo y ves que has creado una vida de das cuenta que todo ha valido la pena.
Ahora cuando estoy cansada vengo aquí a mi desván, donde me puedo escuchar y colocar ideas, donde me doy cuenta que tampoco lo estoy haciendo tan mal.

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