Dudas sobre el nuevo éxito de Contador

Publicado el 11 septiembre 2012 por Aposilio @aposilio

La sanción por dopaje al ciclista madrileño deja en el aire cierta incertidumbre sobre sus nuevos triunfos


Me cuesta reconocerlo, pero las sensaciones que he tenido tras el reciente éxito de Alberto Contador al ganar la Vuelta a España se han parecido muy poco a las que viví tras las anteriores victorias del corredor madrileño en el Tour de Francia, en el Giro de Italia o en la propia ronda española, es decir en todas aquellas competiciones que ganó antes de ser sancionado por dopaje. Recuerdo que en aquellos momentos seguía con interés sus actuaciones y disfrutaba de sus éxitos con cierto orgullo y satisfacción. Es más, consideraba al ciclista de Pinto como uno de los grandes del deporte español, al nivel de los Nadal, Alonso, Gasol, Ballesteros y otros muchos que nos han hecho sentirnos encantados del deporte patrio a nivel mundial.

Fuente. marca.com


Pero en esta ocasión ni el interés ni la satisfacción han sido tan intensas. En la edición recientemente terminada de la Vuelta he intentado seguir las etapas que acababan en montaña, y reconozco que han sido muy atractivas. Pero en numerosas ocasiones me ha asaltado la mente la misma pregunta: ¿la lucha de esos ciclista es real o está adulterada por el dopaje? La respuesta podría ser fácil: como los corredores son sometidos a numerosas pruebas para detectar si se han dopado o no y los resultados han sido negativos, la lucha ha sido limpia y en igualdad de condiciones. Pero la verdad no resulta tan evidente, pues también pasó esto con el ciclista estadounidense Lance Armstrong y trece años después descubrimos que le van a quitar los siete Tours que sumó durante su carrera profesional, porque parece probado que se dopó.
Cada día tengo más dudas de que los ciclistas sean personas capaces de recorrer más de tres mil kilómetros en tres semanas subiendo puertos de montaña que le costaría hacerlo a un individuo andando, incluso a un coche con la segunda marcha puesta. Tal nivel de desgaste y paliza no creo que se pueda superar comiendo macarrones, arroz y ensaladas, ni siquiera con muchas vitaminas. El tremendo esfuerzo que han protagonizado un día sí y otro también Contador, Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde en las numerosas etapas de montaña de esta edición de la Vuelta ha añadido más dudas a las que ya de por sí tenía. Estoy seguro de que todos ellos han llevado a cabo un precisa y profunda preparación, pero si realmente no toman nada ilegal para soportar tamaño desgaste, están más cerca de los superhéroes que los bomberos. Eso sí, en esta ocasión el triunfo no ha sido tan avasallador como sucedía antes, sino que se ha producido por los pelos y en el último momento. Las diferencias con sus rivales se han humanizado.

Fuente: lavanguardia.com


Tengo claro que lo que realmente ha supuesto un cambio de inflexión en la manera de afrontar mi interpretación de este titánico esfuerzo de los ciclistas han sido las noticias sobre los dopajes de Contador y de Armstrong. Cómo es lógico, ambos han negado por activa y por pasiva su culpa, pero los organismos encargados de luchar contra esta lacra han mostrado evidencias de sus posibles trampas, aunque en ningún caso ha quedado claro de manera irrefutable. Siempre se han mantenido dudas razonables, tanto de la acusaciones como de las defensas. Pero que los dos mejores ciclistas de la última década hayan sido sancionados por contradecir las normas del dopaje ha disminuido, creo que irremediablemente, mi interés por este espectacular deporte.   Por eso entiendo que todas estas competiciones que reunían delante de la televisión a millones de personas y en las cunetas de las carreteras a miles de aficionados, no solo en España sino en todo el mundo, ahora hayan reducido su audiencia de manera notable. Y creo que se debe casi exclusivamente a las dudas que han creado en los aficionados estas dos sanciones. Si Contador realmente tomó algo para mejorar artificialmente su rendimiento, el castigo que sufre ahora al cuestionarse muchos individuos sus nuevos éxitos es más que merecido. Pero si, como el afirma hasta la saciedad, es inocente, entonces es una auténtica injusticia que un error tan garrafal de las autoridades pueda hacer tan exagerado daño a la vida de un profesional decente. Y lo peor es que ya nunca podrá eliminar la sombra de la duda. Creo que este es el verdadero daño que hace el dopaje a este deporte, que no tiene igual en la intensidad de la lucha contra esta grave lacra.