Esta fase cuando comenzó, vino con la idea de quedarse… En esta fase ya asimilé lo que había pasado, que no había ninguna solución y debería aprender a vivir con esa pérdida (tan dolorosa) toda mi vida… Ya no me preguntaba porqué a mi, ni me lamentaba de mi mala suerte, no pensaba si alguna cosa podría haberlo evitado… Ya daba igual, mi nene nunca estaría conmigo 😦 .
Mi vida se convirtió en una rutina… Las cosas las hacía por instinto, sin ganas, seguía llorando mucho y no me apetecía hablar con nadie, sólo con mi mujer que era la única persona que realmente me podía entender. Dicen que no hay cosa más dura que perder a un hijo 😦 , las personas están preparadas en mayor o menor medida a despedirse de sus mayores (abuelos, padres, tíos, etc.), pero nunca pensamos que nos tendremos que despedir de un hijo, y en mi caso no tuve ni el valor de verle…
En esta fase nos tuvimos que enfrentar a “deshacer” muchas cosas que no recordábamos… Anular suscripciones de revistas de bebé (cada vez que veía una en el buzón era como si me diesen un golpe muy doloroso), darme de baja de páginas de seguimiento del embarazo (cada semana recibía un mail con la edad que tendría mi bebé), y aunque guardamos todo para no ver nada… De vez en cuando encontrábamos algo (un chupete, un babero, etc.) que nos volvía a abrir la herida 😦 .
Me costaba dormir, casi no descansaba, tuve que empezar a tomar pastillas y ni con eso 😦 , me despertaba por las noches con pesadillas, recordando todo… Alguna vez soñaba que estaba con mi nene para luego despertar y volver a la realidad 😦 … A esa realidad de que físicamente nunca estaría con nosotros.
Nos habíamos preparado durante unos meses para cuidar de nuestro bebé y la vida nos dio una gran patada no permitiéndonos que fuera así… En esta fase necesitaba cuidar de alguien (a parte de mi mujer), no sé como explicarlo, es bastante complicado… Pero después de mucho pensarlo y saber que iba a ser una decisión de la que luego no nos podríamos arrepentir adoptamos a un gatito, y en nuestro caso nos ayudó un montón 🙂 , nos hacía mucha compañía y necesitaba de nuestros cuidados…
(Comentar que el tema de adoptar un animalillo, fue une decisión difícil… Porque sabíamos que una vez que llegase ya no podríamos arrepentirnos de tenerle en casa, le estábamos dando un hogar y no se lo podríamos quitar).
En esta fase cada vez estaba más seguro, que este camino ya iba a ser así de duro para siempre…
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