Volver a deshacerme en tinta y sudor,
sentir la solvencia de lo efímero, como la eternidad del placer que acaricia lo recóndito de tu mirada: “el bolígrafo, aquí, se me resbala,
cae entre cada guiño del marrón de mis motivos...”
… pero simplemente, ya no estás,y quedo vagando en la inconsciencia.