Kennedy Moore tardó mucho tiempo en volver a recomponer su vida después de que Reese Spencer la abandonara…, pero finalmente lo consiguió.
Años después, Kennedy es una mujer fuerte e independiente con un solo sueño: bailar en una importante compañía. Por desgracia, para una chica sin dinero ni contactos alcanzar ese objetivo puede resultar casi imposible.
Hasta que vuelve a encontrarse con Reese —ahora propietario de una cadena de clubs nocturnos y yates de recreo—, y él le ofrece una oportunidad que ella no puede rechazar. A cambio de trabajar en uno de sus barcos durante unas semanas, Reese le conseguirá una audición en la compañía de danza en la que quiere bailar.
Lo único que Kennedy tiene que conseguir es trabajar duro y resistirse a Reese, pero cuando descubre que el amor que sentía por él no ha muerto por completo, esto último no resulta tan fácil como debiera.
M.Leighton es una autora bastante conocida en España, gracias a su serie Chicos Malos. Sin embargo, no he llegado a leerla hasta que me hice con Dulces Mentiras, una novela intensa, sexy, emocional, y muy adictiva. Dicha novela tenía un personaje muy atrayente, que era Hemi. Un chico malo, tatuado, inteligente, irreverente. En dicha novela sale un personaje que conocemos de pasada, se trata del hermano de Hemi: Reese.
Después de leer Dulces Mentiras, supe que tenía que seguir con esta serie. Me llamo la atención. Sé que es una trilogía, así que estaba deseando leer esta segunda novela. He de decir que no defrauda en absoluto. Diría que es mejor que la primera. Hemi, era el chico malo, sexy, cautivador, magnético pero Reese es mucho más que eso. Es atractivo, sexy, duro, magnético, astuto, y tiene un punto de salvaje. La novela es adictiva porque Reese lo es. Desde la primera página te sientes atraída por él y quiere saber que es lo que le ha pasado para convertirse en el hombre frio, calculador, manipulador y mujeriego que es. La autora nos mantiene pegadas a las páginas de la novela sin remedio. La narración es sencilla, directa, pero sabe mantener la tensión en los momentos justos. Sabe como crear personajes magnéticos, cautivadores que hacen suspirar a las lectoras.
Reese es un hombre cínico, endurecido por su padre, no llega a ser cruel pero parece un hombre sin sentimientos. Más bien ve dificil enamorarse o sentir otra cosa que no sea simple y llano deseo. Es un hombre de negocios, que como su padre ha construido un gran imperio. Tiene un don para los negocios, y es implacable. Sin embargo, una noche en el club se cruza en su camino alguien de su pasado.
Kennedy, es una joven que no ha deseado otra cosa en su vida que bailar. Bailar en un club nocturno no es el trabajo de su vida, pero al menos le permite bailar que es lo que siempre ha soñado. Es una joven con gran corazon, fortaleza que ha tenido que salvarse a si misma de un pasado cruel donde abusaron de ella. Sólo hubo algo bueno en su vida, un joven del que se enamoró pero que la abandono hace tiempo dejándola sola. Ella buscaba un héroe pero tuvo que salvarse así misma.
Reese y Kennedy se reencuentran en un club nocturno. Él es el dueño y Kennedy la bailarina. Él no oculta que la desea, Kennedy le ama todavía. Reese era el joven del que se enamoro y que tuvo que aprender a olvidar. Ese reencuentro casual los vuelve a poner a ambos en el mapa del otro. El magnetismo y la atracción no puden negarse. A pesar de que ella no quiere volvera sufrir, no puede negar que Reese sigue siendo alguien importante en su vida. Lo que hay entre ellos después de tantos años sigue vive, dicen que donde hubo fuego quedan ascuas. Las historias de segundas oportunidades siempre me han gustado. La vida pocas veces otorga esas segundas oportunidades, por eso leer sobre ellas resulta tan gratificante.
Dulces caricias, es una novela especial. Habla de segundas oportunidades; de un amor que es capaz de superar muchas cosas. Incluso en la persona más cínica el amor cala. Reese es un cínico de primera pero porque había olvidado lo maravilloso que es sentir, ha olvidado lo que significa amar y que le amen. Su padre le convirtio en un indeseable pero no del todo. También es un ejemplo de lucha; si quieres algo tienes que ser tenaz y sobreponerte a las adversidades como hace Kennedy. No hay que dejar que lo amargo que te pase en el pasado te quite lo bueno de la vida.
Creo que Dulces Caricias es mejor todavía que Dulces mentiras. Estoy deseando leer la tercera parte. Gracias a Phoebe, el sello romántico de Ediciones Pámies por el ejemplar. Lo he disfrutado muchísimo, es una novela estupenda.