Dúplex, new restaurant en Bilbao (parte 1)

Por Theblackcity @Theblackcity
(Grupo de whatsapp)-"Oye, al final cuantos somos, que tengo que hacer la reserva en Dúplex"-"Pues nosotras cuatro, no?"-mi querida F siempre atenta a las amigas-"Habrá que decirle a D a ver si viene, no?"-"Ah, si, claro, dile antes de reservar"-"Oye, D, te vienes a cenar el sábado?? que no has dicho nada!"-"Si, apuntadme, y a un amigo también!"-"Vale, en vez de cuatro, seis. Llamo ahora"
1.¿Bienvenidos?
Lo que parecía que iba a ser una cena entre seis amigos, en menos de diez minutos se sumaron dos más, los hermano J e I. Así que rápidamente, llamé a Dúplex para la reserva del día siguiente, y que añadiesen 2 más. Quedamos todos para tomar algo antes de cenar, una noche de sábado-diluvio en Bilbao, cuando de repente, nos encontramos con M, otra amiga: "¿Oye, hay sitio para una más?" Pues no sé, vamos a Dúplex y preguntamos. 
Al llegar allí, D le comentó al camarero con toda la calma que le caracteriza, que una persona más se quería sumar a la cena, pero que si no era posible, no pasaba nada, culpa nuestra por no haberlo pensado. En esto, que le suelta el camarero:
"Primero seis para cenar, una hora más tarde ocho, ¿y ahora nueve? ¿Os vais a decidir?" ZAS en toda la boca. ¿Y este tortazo verbal que nos ha caído? No entendíamos nada, y menos, que hiciésemos una modificación de una reserva un día antes de ir, que no nos pusieran pegas, que preguntásemos por una persona más, que no pusieran pegas, y que venga este iluminado a pegarnos la bronca. Empezamos con mal pie, querido, espero que la comida mejore. 

Desde nuestra mesa para 6, 8, 9 comensales veíamos la cocina y sus idas y venidas


¡No os imaginais lo buena que estaba esta mantequilla de hierbas aromáticas!


2. EntrantesA pesar de empezar con mal pie por el comentario del camarero, una cena entre 9 amigos, siempre es un muy buen plan, y más cuando despedíamos a M que se ha ido a vivir al quinto pino a una isla, y mi reciente fin de proyecto (mejor no os cuento la batalla, que en menudos fregaos me meto yo sola).
Para empezar, pedimos para compartir varios entrantes: jamón Joselito con pan de cristal, delicioso, y no podía faltar, que ahora la pobre M está en el país de la Guiness y allí, de jamoncito rico, poco. 

Un poquito de mar, con un plato de seis lomos de boquerones en vinagre con semillas de tomate, tersos, con ese toque justo de acidez del vinagre y el chorrito de aceite en crudo. 

Y como tercer entrante, pedimos chips de verduras y hortalizas, ya que la carta no está pensada para pedir platos y compartir, y se nos hizo difil elegir. Este último, me pareció soso, zanahoria, patata morada yuca y alguna otra verdura, cortada en láminas muy finas y fritas. Fíjate, que salvando las distancias, me recordó a las patatas Lay's Colors de edición limitada.

3. Segundos
Y para los segundo, apenas coincidimos: que si carne, pescado, novedades varias… vamos que mis amigos son los mejores, se dedicaba pedir platos diferentes para que los pueda sacar en el blog. ¿A que son majetes? :D
Para empezar, lomo de venado con puré de chirivías, castañas e higos lyo, un taco rosado, en su punto que venía acompañado de una salsa que se sería en mesa. 

En una buena cena, no puede faltar el pulpo braseado, como el que pidió M, un francés con el que intercambié confidencias y unas cuantas risas en francés, mientras el resto de mis amigos me miraban con cara de molusco: "Ah, pero si es verdad que sabes francés!" Tiene narices, ni sé la de años que se lo llevo diciendo, y no me creían. 

Con la hamburguesa del hermano J, nos estuvimos riendo un buen rato, ya que según la carta,  la hamburguesa, de atún rojo, venía acompañada de mayonesa de wasabi, cebolla caramelizada y salsa teriyaki, así que estuvimos dudando si la hamburguesa venía con o sin pan, y como veis, nada de pan. El toque del wasabi, muy sutil y muy suave aportaba un toque genial al plato. 

M, la amiga viajera, decidió no jugársela con el picante de la hamburguesa, y prefirió los tacos mexicanos de wagyu con salsa de tomatillo verde y chipotle ahumado, buenisimos, me gustó mucho ese sabor diferente. Aunque me resultó un plato muy escaso incluso para M.

La segunda opción de carne, magret de pato a la parrilla con foie, hongos confitados y boniatos fritos, una forma distinta de comer pato, y con un acompañamiento distinto y muy bueno, que ya lo de la salsa de frutos rojos con el pato, aburre. 

¡Y el mio! Fui la más valiente, y me lancé con el tartar de atún rojo, aguacate y huevas de mar; yo es que veo atún y ya, me bloqueo, no veo más de la carta. Unos trocitos deliciosos, que evidentemente me supieron poquito, ración justita, a la que le sobraban bastante las huevas de mar. Con un tercio de la cantidad que pusieron, hubiera bastado, más que nada, por ese sabor a mar, salado, fuerte, que enmascaraba el delicioso atún.

4. Postres
Para algunos, la tarta de zanahoria, un trocito de delioso bizcocho con toques de canela, y acompañado de helado de jengibre, que estaba IMPRESIONANTE. EL rey  del a calma, D, tiró por la fruta, pidiendo un postre a base de piña, coco y mango, en distintas texturas, donde la espuma de coco se llevaba el premio del público. Y fuera de carta, el brownie: ya me estaba extrañando que en la carta no hubiese un postre con chocolate. De hecho me acorde de T, que si no hay chocolate de postre, monta en cólera. 



DÚPLEX Particular de Indautxu 3. Bilbao http://www.duplexbilbao.com
No sé lo que se tarda en abrir un restaurante, pero no creo que sea poco tiempo. No sé la inversión que supone un restaurante, pero no creo que sea barato. Con esto, me sorprende que Dúplex no tuviese página web a la par que abría el negocio. Y no me digáis que es por dinero, que en el total de lo que cuesta abrir un restaurante, la web, es un milésima parte. Con esta nueva apertura, se amplia la oferta de una pequeña calle con grandes bares y restaurantes, (Manila, Joserra, Gaztandegi…), un restaurante que espero que vaya despegando y consiga asentarse como lo hizo en su día Brass27. Por cierto, no tengo claro si ambos son del mismo dueño(s) o si ha intervenido el mismo estudio de decoración, pero si es así, ¿¿a nadie se le ocurrió corregir el aire polar con el que se come en el restaurante cuando se abre la puerta?? Vamos, cuando vuelva a Dúplex, indispensable pedir mesa en el comedor de arriba. Por cierto, una pena no haberme enterado de su inauguración días después a nuestra visita, me enteré por unas cuantas fashion blogs de Bilbao que acudieron, me hubiera gustado felicitarles en persona. Otra vez será. 
Cena con cubata incluido y vino, 40€ por persona.