Duraznos asados con reducción de vino dulce (Y dos nuevos premios)

Por Bouquetgarni
Antes de que termine de escaparse este verano, quiero rendirle sus honores con un postre realizado a partir de una fruta tan propia de la temporada como lo es el durazno. Sabroso, muy perfumado, de carne más o menos firme, amarillo, blanco, prisco, tentador... Siempre refrescante y delicioso en cualquiera de sus variantes. Ideal para comerlo así, como nos lo brinda la naturaleza, sin mayores intervenciones que un buen mordiscón. Pero, cuando una es cocinera se la pasa experimentando con cuanto ingrediente se le presenta, y el durazno no escapó a mis intentos...

Para la ocasión, elegí unos hermosos duraznos priscos (ésos cuyo hueso/carozo se desprende de la fruta con total facilidad, dejando en su lugar un corazón de pulpa rojiza) que dividí en mitades y rellené con algunos pocos y deliciosos ingredientes para obtener un postre exquisito, tentador y delicado. Ideal para ponerle el cierre a cualquier cena formal o a una velada romántica inolvidable.
Aquí les dejo los ingredientes para prepararlo.

¿Nos ponemos a trabajar? Primero, procesá en mixer o procesadora 100 gramos de manteca pomada (o blanda) junto con 75 gramos de nueces Pecan molidas (pueden ser otras variedades de nueces), 75 gramos de almendras molidas, 75 gramos de vainillas molidas (bizcochos soletillas o bizcochos dulces), 1 cucharadita de canela en polvo y 100 gramos de azúcar negra hasta obtener una pasta integrada. Reservá.

Ahora, separá los 6 duraznos (en mi caso, 3 grandes y 3 más pequeños)  - previamente lavados, pero sin pelarlos - en mitades, quitándoles los carozos/huesos, cuidando de no dañar las piezas. Ubicalos en una fuente profunda, apta para horno, que los contenga bien.

Rellená y cubrí cada mitad con una porción bien generosa de la crema de frutos secos, manteca y azúcar que preparaste antes.
Por último, verté en el fondo de la fuente 1 vaso de vino generoso (Oporto, Marsala...) o un vino blanco dulce y 1/2 vaso de agua potable para que esto sirva como fondo de cocción de la fruta. Cubrí la fuente con papel aluminio y llevá a cocinar en un horno precalentado a 180° C por 30 minutos. 
Una vez cocidos, los duraznos deben quedar tiernos, pero conservando su forma (no deben desarmarse). Reservalos.


Colocá en una ollita el fondo de cocción de la fruta y agregale 3-4 cucharadas de azúcar. Llevalo a fuego vivo hasta obtener una reducción; es decir, hasta que ese líquido quede más espeso y concentrado, similar a un almíbar en cuanto a su consistencia.
Para servir, los duraznos pueden estar tibios o a temperatura ambiente. Para ello, disponelos sobre una base de reducción de vino y luego bañalos también con algo de la reducción.
Podés acompañar el plato con una bocha de helado de mascarpone o de vainilla.

Observaciones finales: Los duraznos elegidos deben ser firmes y maduros para no perder la forma ni romperse al momento de cocinarse. Además, debe ser fácil separar el hueso/carozo de la pulpa para no romperlos o dañarlos en el intento.
Este mismo relleno puede utilizarse para peras y manzanas, obteniendo excelentes resultados.
Cuando se trate de una comida en la que participan niños, se puede reemplazar la reducción de vino dulce por una salsa de caramelo.
 

Verán cómo con algunos pocos ingredientes y una de las frutas más exquisitas que nos brinda el verano, podemos realizar un postre bien gustoso, de texturas contrastantes (los duraznos quedan suaves y algo blandos, mientras que el relleno es cremoso y algo crocante), con una salsa/reducción que aporta algunos tonos ácidos y dulces que acompañan de mil maravillas al postre.
Como ya les dije, con esta receta podremos conquistar el corazón (o el estómago; lo que ocurra primero) de nuestro ser amado, mostrarnos como eximios cocineros en una cena de negocios o más formal, impactar a nuestra suegra o dejar a nuestras amigas con la boca abierta. En un rato nada más, podemos quedar como auténticas reinas con un postre facilísimo y muy distinguido...

Espero que les tiente la propuesta y decidan probarla porque estoy segura que les seducirá con sus sabores y texturas.
Antes de despedirme, quiero agradecer a Elisa del blog Que no te falte un perejil  (si aún no lo conocen, no pierdan la oportunidad de visitarlo porque es bien bonito) por otorgarme los siguientes premios: 



Como sigo complicada con asuntos familiares y el tiempo me escasea a diario (si conocen alguien que haya conseguido estirar las jornadas, pásenme su mail, por favor, porque me vendría de mil maravillas...) no voy a poder seguir las reglas que exigen. Por ello, aquí los dejo a mano para que los recojan quienes lo deseen. ¡Mil gracias, Elisa, por haber elegido mi blog para premiarlo!
¡Hasta la próxima! Les deseo una hermosa semana. Experimenten en la cocina y sean felices.