Durrell en Alejandria

Publicado el 27 enero 2016 por Academiacruellas

La guerra mundial llevó a Durrel a Alejandría huyendo de la invasión nazi de Grecia. En 1944 fue destinado a Alejandria como agregado de prensa de la Embajada Británica. Su desazón queda plasmada en cartas y poemas.

“Aquí, en la vieja y fría Pharos, entre Grecia

y todo aquello que yo amo, las luces sumen

en una profunda oscuridad la rugiente marea;

los vivos encerrados tras las puertas

quedamos sumidos en sombras y en pensamientos de paz….”

Durrell encontró en Grecia su lugar ideal. Este cambio fue difícil. “La pérdida de Grecia ha sido una amputación”. su matrimonio quedó destrozado antes de irse a Egipto. Durrell fue a parar a una “costa de faros desmantelados”.

“Restos calcinados de cuatro culturas,

En las orillas del Mareotis, lago salado,

sobre el que cae la lluvia de invierno blanqueándolo,

yPoblándolo de círculos como de ojos.

Cuatro años he vivido aquí:

tiempo de oraciones en el trípode:

profecías para los que nacieron muertos

o que perdieron su personalidad pero preservaron su gusto.”

Sus cartas escritas desde Alejandría nos muestran su inconformidad con la ciudad ya que la considera “un inmundo estercolero”. De esta forma se lo escribe a Henry Miller:”No, no creo que te gustase….esta degradad ciudad napolitana, rota y quebrada, cuyas casas -orientadas a levante- se despellejan al sol. Un mar plano, sucio y sin vida, lame las escolleras del puerto. Árabe, corto, griego, francés colonial; no hay música, no hay arte, no hay vida, sino un mortal aburrimiento, típicamente europeo, amenizado con copas y casetas en la playa. NO HAY MÁS TEMA DE CONVERSACIÓN QUE EL DINERO. Incluso el amor no se concibe más que en términos crematística….No, si uno pudiese escribir aquí una sola línea que tuviera algo de humana, sería un genio”.

Durrell se movía por tristezas a través de Alejandría hacia la elaboración de su Cuarteto al cual dedicaría doce años.