Debo confesar que la primera vez que supe de la ocupación del antiguo Sahara Español por parte de Marruecos fue a través de un documental mexicano bastante convencional pero muy informativo llamado Cerca del Olvido (Bouchot, 2007), que vi en Guadalajara 2008. Varios años después, a inicios de 2012 y en el FICUNAM, pude revisar el mucho más interesante y logrado documental Territorio Perdido (Vandeweerd, 2011), una suerte de rompecabezas visual/auditivo sobre ese conflicto que está a punto de cumplir las cuatro décadas. Y, ahora, gracias al productor vuelto documentalista debutante Álvaro Longoria (productor de una veintena de películas de los dos lados del Atlántico) y al actor transformado en apasionado militante de la causa saharaui Javier Bardem, he aquí Hijos de las Nubes, la Última Colonia (España, 2012), que en estos días acaba de salir a la venta/renta en Estados Unidos en DVD, iTunes y Vimeo. Hijos de las Nubes se parece más a Cerca del Olvido que Territorio Perdido, pues priviligia la explicación histórica del problema internacional, sus dinámicas político-económicas, las innumerables cabezas parlantes que dan su opinión -refugiados saharauis, especialistas de distintas nacionalidades, embajadores de la ONU y decdiferentes paíes, y políticos de la talla de Felipe González- y, además, permite el lucimiento de su productor, Javier Bardem, quien no puede resistir la tentación de jugar a convertirse en una versión española de Michael Moore, como cuando va al Palacio de la Moncloa a dejar más de 200 mil firmas de ciudadanos españoles que le piden al gobierno español ayudar a resolver el conflicto saharaui, solo para que no lo dejen cruzar la puerta. Con todo, el lucimiento de Bardem es explicable y hasta debe justificarse: ¿de qué otra forma un documental informativo/militante de esta naturaleza podría recibir cierto interés de los medios de comunicación mundiales? Vamos, para acabar pronto, es un hecho que sin Bardem, la cinta no merecería la distribución que está teniendo en estos momentos en nuestro vecino del norte. Por lo demás, el documental de Longoria merece esa difusión. Es cierto, es todo lo convencional que se quiera, pero logra transmitir en menos de hora y media una buena cantidad de datos históricos, políticos y económicos, de tal forma que nos queda claro el origen del conflicto, las culpas de las distintas potencias -España, Francia y USA- para mantener el criminal status quo y el papel que han jugado Marruecos y Argelia para mantener la guerra, abierta o embozada, durante más de tres décadas. El conflicto, por cierto, se resume a lo siguiente: después de su independencia de España, en 1976, el antiguo Sahara Español fue invadido "pacíficamente" por Marruecos, pues el Rey Hassan II aseguraba que esas tierras siempre fueron marroquíes. A partir de entonces, la lucha de los ocupados para liberarse de sus opresores se intensificó y más cuando el país fue dividido por una cerca de más de dos mil kilómetros de largo que separa la parte "más bonita" del país con el inhóspito desierto del Sahara. Más de 200 mil refugidos viviendo y sobreviviendo en Argelia, esperan regresan a sus tierras, mientras centenares de jóvenes se preparan en la guerrilla, los militantes civiles prosaharauis -como Bardem y Longoria- dan a conocer el problema en los medios de comunicación y las élites políticas de todo el mundo se cruzan cínicamente de brazos, pues como dice cierto exMinistro de Relaciones Exteriores de Francia, lo mejor es no dejar que las cosas empeoren. Y a eso él le llama real-politik: un descarnado pensamiento colonial en pleno siglo XXI.
Debo confesar que la primera vez que supe de la ocupación del antiguo Sahara Español por parte de Marruecos fue a través de un documental mexicano bastante convencional pero muy informativo llamado Cerca del Olvido (Bouchot, 2007), que vi en Guadalajara 2008. Varios años después, a inicios de 2012 y en el FICUNAM, pude revisar el mucho más interesante y logrado documental Territorio Perdido (Vandeweerd, 2011), una suerte de rompecabezas visual/auditivo sobre ese conflicto que está a punto de cumplir las cuatro décadas. Y, ahora, gracias al productor vuelto documentalista debutante Álvaro Longoria (productor de una veintena de películas de los dos lados del Atlántico) y al actor transformado en apasionado militante de la causa saharaui Javier Bardem, he aquí Hijos de las Nubes, la Última Colonia (España, 2012), que en estos días acaba de salir a la venta/renta en Estados Unidos en DVD, iTunes y Vimeo. Hijos de las Nubes se parece más a Cerca del Olvido que Territorio Perdido, pues priviligia la explicación histórica del problema internacional, sus dinámicas político-económicas, las innumerables cabezas parlantes que dan su opinión -refugiados saharauis, especialistas de distintas nacionalidades, embajadores de la ONU y decdiferentes paíes, y políticos de la talla de Felipe González- y, además, permite el lucimiento de su productor, Javier Bardem, quien no puede resistir la tentación de jugar a convertirse en una versión española de Michael Moore, como cuando va al Palacio de la Moncloa a dejar más de 200 mil firmas de ciudadanos españoles que le piden al gobierno español ayudar a resolver el conflicto saharaui, solo para que no lo dejen cruzar la puerta. Con todo, el lucimiento de Bardem es explicable y hasta debe justificarse: ¿de qué otra forma un documental informativo/militante de esta naturaleza podría recibir cierto interés de los medios de comunicación mundiales? Vamos, para acabar pronto, es un hecho que sin Bardem, la cinta no merecería la distribución que está teniendo en estos momentos en nuestro vecino del norte. Por lo demás, el documental de Longoria merece esa difusión. Es cierto, es todo lo convencional que se quiera, pero logra transmitir en menos de hora y media una buena cantidad de datos históricos, políticos y económicos, de tal forma que nos queda claro el origen del conflicto, las culpas de las distintas potencias -España, Francia y USA- para mantener el criminal status quo y el papel que han jugado Marruecos y Argelia para mantener la guerra, abierta o embozada, durante más de tres décadas. El conflicto, por cierto, se resume a lo siguiente: después de su independencia de España, en 1976, el antiguo Sahara Español fue invadido "pacíficamente" por Marruecos, pues el Rey Hassan II aseguraba que esas tierras siempre fueron marroquíes. A partir de entonces, la lucha de los ocupados para liberarse de sus opresores se intensificó y más cuando el país fue dividido por una cerca de más de dos mil kilómetros de largo que separa la parte "más bonita" del país con el inhóspito desierto del Sahara. Más de 200 mil refugidos viviendo y sobreviviendo en Argelia, esperan regresan a sus tierras, mientras centenares de jóvenes se preparan en la guerrilla, los militantes civiles prosaharauis -como Bardem y Longoria- dan a conocer el problema en los medios de comunicación y las élites políticas de todo el mundo se cruzan cínicamente de brazos, pues como dice cierto exMinistro de Relaciones Exteriores de Francia, lo mejor es no dejar que las cosas empeoren. Y a eso él le llama real-politik: un descarnado pensamiento colonial en pleno siglo XXI.