No señor, no me gusta la gente que no sabe reírse de sí misma, porque esos son los que hacen llorar a los demás. La gente que se toma demasiado en serio a sí misma es gente que no sabe andar por el mundo con una sonrisa, que no sabe encajar una broma. Tampoco es necesario responder obligatoriamente a una broma con otra, así que los occidentales no nos quejaremos a los chinos de que se rían de que tenemos la nariz muy grande o los pies inmensos, es cierto, el tamaño de los pies parece estar relacionado con el de los genitales, por eso es imposible que te sienten bien ni los pañuelos ni los calzoncillos que venden en los bazares chinos.
Cuando alguien se pone estirado y se queja de que le hacen burla la reacción lógica es que le tomen el pelo más, porque es muy gracioso ver a alguien escandalizándose de que los demás se pasen por el arco del triunfo sus tonterías. Nada como alguien indignado para gritarle a coro “ea ea ea, el chino se cabrea”. Sí es infantil, pero en este caso una respuesta infantil a la pataleta de un niño consentido es lo más apropiado.
Que vienen los chinos, que vienen los chinos, es lo mismo que se decía hace unas décadas con los rusos. Que vienen los rusos, que vienen los rusos, y no pasó nada. Bueno sí, que vinieron antes los chinos.
Todos somos potenciales objeto de un chiste, de una broma, de una exageración en un monólogo. Cualquier situación mirada desde algún punto de vista puede llegar a ser ridícula, y esa es una parte del humor. Hay que aprender a reírse de uno mismo. Lo último que se pierde es el sentido del humor, porque cuando no lo tienes: estás perdido.
El problema que tienen los chinos es que se creen muy dignos, pero son iguales. No iguales entre ellos (que lo parecen, perdón señor chino no se ofenda), si no iguales a todos los demás. Es decir, chinos, coreanos, japoneses, vietnamitas…etc. Bueno es mentira yo distingo perfectamente un japonés de un chino. El japonés lleva una cámara de fotos al cuello y el chino está delante de una máquina tragaperras.
Y no se crean que tengo manía a los chinos, a mi me caen bien y voy a los restaurantes chinos. Por un lado me parecen muy amables, siempre dicen “al fondo sitio, al fondo sitio”, no me quiero ni imaginar la que pueden liar cuando también sean coductores de autobús. Y por otro lado no me importa comer cualquier cosa que cocinen. Cualquier animal de compañía bien troceado y con una salsa que mate todo el sabor es comestible. Lo único que me preocupa es las veces en las que he ido a un restaurante chino con más amigos y la camarera iba con los ojos cerrados y conseguía llegar siempre a nuestra mesa: estoy convencido que se guiaba por el olor y yo juraría que me había duchado.
Lo que no entiendo es como con ese olfato tan desarrollado pueden vivir dentro de un todo a 100, el olor a sintético que desprende un todo a 100 chino te hace sangrar los ojos antes de acercarte a la entrada.
Todos los tópicos que se usan para los chistes son exageraciones, no creo que los chinos tengan talleres ilegales con gente esclavizada trabajando, ni que en su país ejecuten gente, ni que las autoridades de mi país hagan la vista gorda con los negocios regentados por chinos para conseguir buenos acuerdos comerciales con el gigante asiático, ni que censuren los contenidos de internet, ni que todo lo que venga con la etiqueta ‘Made in China’ sea de baja calidad, noooo, eso son sólo imaginaciones mal intencionadas para hacer chistes. Es como cuando imitamos a Rajoy hablando como si tuviéramos frenillo…
No se lo tomen a mal, de hecho pueden vengarse de nosotros haciendo chistes de españoles, nosotros estamos curados de espanto, ¿no han visto nuestro gobierno? Ea, pues a exprimirse las neuronas para hace buenos chistes de españoles. Anímense hagan chistes sobre que la selección española de fútbol nunca pasa de cuartos de final..ups, vaya, si esta vez ni siquiera hemos llegado a jugarlos. Bueno seguro que tienen alguna cosa que hará que nos ofendamos tanto que nos invadieron los chinos.
Amigos chinos no se lo tomen tan a pecho, de todos es sabido que los objetivos más acostumbrados del humor son los que más se ven, y a ver quién es el guapo que pasea por cualquier lugar de España y no ve un chino. Si hay casi hay más chinos que corruptos.