Los Vikings, con el sueño de ser el primer equipo de la historia en disputar el Super Bowl en su propio estadio, comenzaron arriba con una perfecta primera serie que acabó con el touchdown de Kyle Rudolph tras un pase de 25 yardas de Case Keenum. Pero esa serie inicial fue la única donde los Vikings sonrieron, a partir de ahí la defensiva de los Eagles dominó el encuentro dejando a los de Minnesota en solo 7 puntos.
Los Eagles vencían 24-7 en el descanso y recibían la patada de inicio de la segunda parte, los Vikings necesitaban otro Minneapolis Miracle para remontar a unos sólidos y dominantes Eagles, pero nunca llegó. En el inicio del tercer cuarto los Eagles volvieron a capitalizar su dominio para sumar puntos tras una jugada de engaño (Flea Flicker) donde Foles volvió a conectar en un pase largo de 41 yardas para Torrey Smith.
La defensiva controló el juego y frenó cualquier ofensiva de los Vikings, mientras Foles seguía moviendo las cadenas con facilidad completando un enorme partido. En el inicio del último cuarto, Nick Foles lanzó su tercer pase de touchdown para Alshon Jeffery, segundo touchdown del partido. Los Vikings intentaron maquillar el resultado con series rápidas pero fueron incapaces de sumar más puntos al marcador. No era la noche de Keenum y compañía, que antes de finalizar sumó una nueva pérdida en la zona roja cuando Corey Graham interceptó a Keenum.
Los Vikings sufrieron lejos de Minnesota y aumentaron la marca de derrotas de equipos que juegan bajo techo cuando disputan una final de conferencia al aire libre a 0-13.
Los Philadelphia Eagles rompieron todos los pronósticos y aprovecharon su papel de víctima, pese a ser primera siembra, para conquistar el Trofeo George Halas como campeones de la NFC. Viajarán a Minnesota para enfrentarse a los New England Patriots, primera siembra de la AFC, para la Super Bowl LII.
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