VIOLENCIA DOMÉSTICA
1
Era invierno, lunar, húmedo. Al caer la tardelas plántulas de estaño quedaron huérfanas de luz lunar.Encantado de conocerte, carne para agradartedecía el letrero en el escaparate del carnicero del pueblo.
Todo cambió el año que nos casamos.Y después de que nos mudáramos a las afueras.Qué jóvenes éramos, qué ignorantes, qué dispuestosa pensar que la única historia era la nuestra.
Y había una pareja que discutía por la noche,sus voces altas, agudas:nada es del todojusto en las vidas de aquellos que se aman.
2
En esa temporada, de repente, nuestra islareventó sus viejas úlceras para que todos las vieran.Nosotros también las vimos.Nos quedamos allí, preguntándonos cómo
los horizontes salados y las colinas de Dublín, los ríos, las mesetas, los pantanos Vikingosque creíamos conocerse habían echado a temblar
en nuestra antigua televisión de doce por quinceque les devolvió lágrimas grises y más grisesy los asesinatos, asesinatos, asesinatos,luego los funerales coloreados con luz de luna:
nada dijimosni entonces, ni más tarde,comprendimos lo que es,lo que está mal en las vidas de aquellos que se odian.
3
Y si el origen de la memoria essólo eso -recordar, no expiar-y si puedo estar seguro bajola débil luz primaveral en aquella cocina, entonces
¿por qué hay otra cocina, con luz de primaverasiempre oscura yuna mujer que susurra a un hombreuna y otra vez: qué más podríamos haber hecho?
4
Fracasamos en nuestro momento o nuestro momentofracasó en nosotros.Los tiempos eran grandes en tamaño y nosotros éramos pequeños.
¿Por qué escribo esocuando no lo creo?Vivíamos nuestras vidas, éramos felices, éramos como uno solo.
Los niños nacieron y se criaron aquíy se han ido,incluso los nuestros.
En cuanto a esa pareja ¿descubrimos alguna vezquiénes eran,quisimos averiguarlo?Creo que lo sabemos. Creo que siempre lo supimos.
Eavan Boland. Violencia doméstica. Ediciones de Baile del Sol, 2013. De la traducción: Antonio Linares Familiar. Diseño de cubierta: Ramón Buzón.