Echo & The Bunnymen - What Are You Going To Do With Your Life? (1999)

Por Spellbound
Cuando Echo & The Bunnymen se separó en 1988 dejó como legado una discografía inmaculada y, teóricamente, definitiva. Si tenemos en cuenta la suma de desencuentros y errores que signaron los años posteriores a la ruptura, nada hacía pensar que un retorno digno era posible. Sin embargo, esto no fue así… pero mejor comencemos por el principio.
Independientemente de la valoración que pueda hacerse sobre sus méritos artísticos, es imposible negar que la aparición de los Sex Pistols provocó un cataclismo en la música inglesa. De los escombros surgieron decenas de grupos que, con menor o mayor capacidad de recursos, fueron sumándole experimentación, melodías y melancolía a la rabia original del punk. En 1978, poco tiempo después de pelearse con Julian Cope y abandonar The Crucial Three, Ian McCulloch formó Echo & The Bunnymen junto a Will Sergeant (guitarra), Les Pattinson (bajo) y Echo,la maquina de ritmos que ocupó el lugar de cuarto integrante del grupo hasta que en 1980 ingresó Pete de Freitas. La banda contaba con cualidades como para sobresalir rápidamente: la notable voz de McCulloch, la pericia de Sergeant, y una gran lucidez para entender que la oscuridad y el encierro solo tienen sentido cuando se los contrapone a la luz. "Crocodiles" (1980), "Heaven Up Here" (1981) y "Porcupine" (1983) evidencian su evolución constante. Podemos escuchar estos discos como clásicos de la era post-punk y disfrutarlos por su peso específico, pero también debemos pensarlos como borradores de "Ocean Rain", una obra extraordinaria.
"Ocean Rain" (1984) es el soundtrack de una travesía nocturna por aguas turbias. McCulloch, secundado por un Seargent brillante y una orquesta de 53 músicos, rememora tiempos pretéritos mientras descubre que el horizonte es inalcanzable y nuestro destino ya está escrito. "The Killing Moon", probablemente la mejor canción de todos los tiempos, es el momento culminante de este viaje. Al año siguiente Echo & The Bunnymen publicó "Songs to Learn & Sing" (1985) una recopilación de simples que incluyó la inédita "Bring On the Dancing Horses" y los hizo conocidos en todo el mundo. La primera etapa de su carrera se cerró con la edición de un disco homónimo. "Echo & The Bunnymen" (1987) ofreció una colección de canciones de indudable calidad en la que se destacan "Lips Like Sugar" y "The Game". Sin embargo, estuvo lejos de alcanzar su principal objetivo: la consagración en Estados Unidos. Por otra parte, más allá de poseer numerosas virtudes, el disco tampoco se acercó a la majestuosidad de "Ocean Rain". Estos motivos, sumados a las tensiones que había entre Ian y el resto de los músicos desembocaron en la separación del grupo, y es en este punto cuando volvemos al principio del post.
La edición de "Candleland" (1989) -el endeble debut como solista de Ian- la muerte de Pete de Freites y la edición de "Reverberation" (1990) -el psicodélico e insulso disco de unos Echo & The Bunnymen cuya formación estaba integrada por Sargeant, Pattinson y un ignoto vocalista llamado Noel Burke- acabaron con la esperanza que teníamos de que la separación fuera transitoria. "Mysterio" (1992), el segundo disco de Ian McCulloch, solo sumó una nueva decepción a pesar de "Lover, Lover, Lover"... Al año siguiente recibimos una noticia tan inesperada como excitante: McCulloch estaba trabajando en un nuevo disco junto a Johnny Marr, pero la expectativa rápidamente se vio frustrada, ya que al poco tiempo nos enteramos que el registro de esas sesiones se había extraviado. Si bien las grabaciones nunca aparecieron -se trata de uno de los discos perdidos más famosos de la historia del rock- este encuentro sirvió para que Ian recuperara la confianza en si mismo, como confesaría años más tarde. A sabiendas de que necesitaba un colaborador de peso, en 1994 McCulloch hizo las pases con Sergeant y juntos formaron una nueva banda que, por una cuestión de derechos o por pudor, se llamó Electrafixion. "Burned" (1995), el único disco que editaron, presenta dos canciones - quizás tres- del inconcluso proyecto McCulloch-Marr. A pesar de eso, el resultado es decepcionante. Dark, ruidoso y totalmente inconexo con la música que se escuchaba por ese entonces, dejó un gusto amargo a propios y extraños. Después de tantos pasos en falso, nada hacía imaginar que en 1997 Les Pattison iba a unirse a Ian y Will para darle vida a unos renovados Echo & The Bunnymen, mucho menos que el fruto de ese retorno iba a ser un disco de la envergadura de "Evergreen". Lejos del esplendor y la psicodelia de la década pasada, la banda ofreció en su regreso un álbum austero, repleto de melodías redondas, que aborda la tradición pop inglesa desde un nivel superior al del britpop. “Nothing Last Forever” -con coros de Liam Gallagher- y "Empire State Halo" son mis canciones predilectas. El próximo paso de la banda fue más sorprendente todavía.
Una de las particularidades de Echo & The Bunnymen fue que en todas sus portadas -excepto en la de su disco homónimo, que consistía en un primer plano de sus rostros- aparecían en medio de paisajes naturales. En "What Are You Going to Do with Your Life?" otra vez se ve un paisaje, un camino inhóspito en el medio del desierto, pero la imagen es desconcertante: solo Ian transita por ese camino. Les Pattison tenía que cuidar a su madre enferma y decidió no participar en la grabación del álbum. Will Sergeant si lo hizo, pero lo vivió como un suplicio. Tiempo más tarde declaró lo siguiente: "Hacer ese disco fue probablemente el peor momento de mi vida entera. Lo odiaba. Estoy en todos los tracks, aquí y allá, pero en general me quedé en la tienda… Fue una experiencia horrible". La portada, entonces, anticipaba el contenido: este es el tercer disco solista de Ian McCulloch, quien de esa manera salda cuentas por la edición de "Reverberation". A diferencia de sus débiles trabajos anteriores, esta vez Ian logra un resultado excelso. Con el acompañamiento de la London Metropolitan Orchestra, graba nueve canciones que tienen mucho más que ver con Burt Bacharach que con su propio pasado. "Ya no tengo miedo de la usura, del envejecimiento, porque sé que puedo encarar el futuro sobre estas nuevas bases. Tampoco tengo la necesidad de autocompadecerme; es como si estas canciones tan directas y personales hubieran tenido un efecto catártico. Olvídense de "The Bends" y de "Nevermind": acá tienen el mejor disco de la década. Al fin de cuentas, era bastante fácil de hacer: bastaba con ser yo mismo y decir la verdad". Las palabras de McCulloch encuentran su respaldo en una serie de canciones pletóricas de elegancia: la simpleza de "What Are You Going to Do With Your Life?", la belleza inconmensurable de "Rust", y la ternura de "Fools Like Us" son frutos de un songwriter maduro, que está atento a todas las miradas pero es fiel a su esencia; que pretende ser Sinatra, Bowie y Leonard Cohen al mismo tiempo y en el intento consigue despojarse de todos los clichés para, finalmente, ser el mismo.
La discografía de Echo & The Bunnymen tuvo su continuación con el psicodélico "Flowers" (2001) en donde Will Sergeant volvió a tener un papel protagónico; "Siberia" (2005) otro gran álbum que retomó elementos de "Evergreen" y "What Are You Going To Do..." para demostrar que la banda tenía una vigencia elogiable; y el rockero "The Fountain" (2009), que a pesar de su sonido poderoso, roza la vulgaridad, convirtiéndose de esa manera en su trabajo menos recomendable. "The Fountain" tiene algunos puntos de contacto con "Slideling" (2003) el tercer -¿o cuarto? disco de Ian McCulloch, que ofrece una serie de canciones correctas, de sonido claro y homogéneo, pero no mucho más que eso.
Track List:
01. What Are You Going to Do With Your Life?
02. Rust
03. Get in the Car
04. Baby Rain
05. History Chimes
06. Lost on You
07. Morning Sun
08. When It All Blows Over
09. Fools Like Us