Género: Drama romántico.
País: Estados Unidos.
Duración: 124 minutos.
Dirección: David Slade.
Intérpretes: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Dakota Fanning, Bryce Dallas Howard, Kellan Lutz, Nikki Reed, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Jackson Rathbone, Ashley Greene, Jodelle Ferland.
"Bella Swan está a tan solo un año de terminar el secundario y así poder cumplir su sueño de convertirse en vampiro y poder estar toda la eternidad junto a su novio Edward Cullen, pero las cosas se complican cuando debe elegir entre la amistad del hombre-lobo Jacob Black o su identidad vampírica y el verdadero amor que siente hacia Edward, ya que su transformación podría desatar una lucha entre vampiros y hombres lobo.
Mientras tanto, un peligro mucho mayor está al acecho en Forks, ya que Victoria ha decidido acabar con Bella y los Cullen y para ello está formando un ejército de vampiros para destruirlos y finalmente obtener su venganza. Ahora, Bella tendrá que decidir entre la propuesta de matrimonio por parte de Edward y si su transformación a vampiro es lo mejor para todos, sin darse cuenta de que la sombra de la muerte la cubre lentamente y a todos los que ama."
La primera de ellas, y debo coincidir con la mayoría de las reseñas en la Red, es que el director (y consiguiente editor) logró mezclar pertinentemente las omnipresentes escenas melosas que por necesidad tienen que caber en 3/4 del metraje con las pocas escenas de verdadera acción (tan sólo una de ellas vale, al menos, realmente la pena y es la Gran Pelea), a tal punto que cuando uno más se está aburriendo del almíbar... ¡ZAS! Golpe de efecto y de nuevo en marcha.
Todo prácticamente se reduce al trío, quid de la cuestión. Mientras Kristen Stewart pone a su Bella en piloto automático en la línea entre lo correcto y lo desesperado, Robert Pattinson intenta ponerle más onda con su Edward, lográndolo a duras penas, y Taylor Lautner desbarranca siendo tan sólo un cuerpo bonito; no hay mejor manera de destacar su papel principal que con la línea de Edward, directamente levantada por Rosemberg de las risas que provocó en la anterior: '¿Es que este chico no tiene remeras?'
Por cierto, casi me vuelvo loco con tantas idas y vueltas amorosas. La Swan queda como una zorra, decidiendo a cada momento con quién de sus machos quiere quedarse, Jacob se gana un premio a la insistencia y Edward presencia todo con pasmosa tranquilidad.
Los viejos secundarios siguen correctos, tanto los Cullen como los Quileutes; de los nuevos, la renovada Victoria de Bryce Dallas Howard apenas se esfuerza y no por ser mala, sino que es un personaje que no le pertenecía (¡Lefevre, este era tu territorio!) Su subordinado Riley tiene agallas, así como también la pequeña pero resfrescante aparición de Jodelle Ferland como Bree Tanner; incluso sabiendo su Destino, no pude sino sufrir por ella... ¡y es que es tan buena actriz!
No tengo nada que reprocharle a David Slade: después del festín sangriento de 30 Días... viene a sacudir el mundo de Twilight de una manera que Chris Weitz no pudo con Luna Nueva. Tiene sus ciertos toques de oscuridad (por momentos, demasiado) y un aroma mainstream terrible como Weitz, cosa que complica la llegada al verdadero sentimiento indie con el cual Hardwicke imprimó a Crepúsculo.
Mucho lo ayudaron los efectos, sí; los lobos ya no se ven tan patéticos (de mentira, siguen pareciendo) y la sabida muerte de los vampiros da gracia, es como si fueran de hielo!
Calificación: B