Ecoavi: Granja avícola ecológica [Gallinas con huevos de oro]

Por Capitan_rabano @pardeguindillas

La alimentación ecológica está en auge. Ecoavi es algo mas que una explotación avícola ecológica, detrás hay una historia de cambio, valentía y superación que bien merece nuestra atención: Un claro ejemplo de que el trabajo diario y el tesón unidos a unos ideales de igualdad social pueden dar unos frutos que no se basan puramente en el beneficio económico.


Por Carmen Rodríguez.


Los consumidores concienciados con el impacto medioambiental que producen las industrias alimentarias clásicas e informados sobre los beneficios del consumo de productos agrícolas libres de pesticidas y ganado criado con piensos naturales, demandan de forma creciente alimentos que certifiquen su procedencia "Eco".
Un importante porcentaje de los mismos exige, además, que se les garantice que las condiciones de vida de los animales sean respetuosas con sus derechos hasta que llegue el momento de su sacrificio y este sin duda es el caso de la granja avícola que hemos tenido el placer de visitar hace unos días.
Hace dos años Angela Herrera Insúa decidió dar un giro radical en su vida laboral y personal, se lió la manta a la cabeza cambiando la ciudad por un pequeño terreno a las afueras de un pueblo de Toledo y su formación universitaria en Trabajo Social por unos nuevos conocimientos sobre avicultura ecológica que adquirió admirablemente de forma autodidacta a través de la red.
Leído así, se podría pensar que fueron decisiones tomadas a la ligera, pero el tiempo ha dado la razón a Angela, quien tan solo en un año fue capaz de hacerse con la certificación oficial que acredita que los huevos de, Ecoavi, su pequeña explotación (autoabastecida con energía solar) son ecológicos, cumpliendo los estrictos criterios que exige la normativa europea y que son escrupulosamente revisados de forma periódica en diferentes aspectos como el tamaño del alojamiento, las áreas de ejercicio de los animales... hasta la distancia de separación entre los alambres del cercado.

El guardián de Ecoavi también es ecológico.


300 son las gallinas ponedoras de las razas Lohmann brown  e Isa brown que viven en las naves que su propietaria construyó, literalmente, pensando en el bienestar de "sus niñas". Un entorno exclusivo e idílico (para el gusto de una gallina, se entiende) donde campan a sus anchas en un espacioso corral picoteando el suelo, buscando la sombra en verano o entrando a voluntad en los aseados comederos y ponederos.

Si yo fuera gallina me encantaría vivir en esta granja, comiendo pienso ecológico de primera calidad, sin restricciones en la cantidad, pudiendo elegir el ponedero que quisiera siempre mullido con paja limpia y con una dueña que me dejase chapotear en los charcos de barro cuando lloviera aunque manchara los huevos con las patas y luego no los pudiese vender porque la mayoría de los humanos urbanitas solo quieren comprar cáscaras impolutas.

Con gallos así no me extraña que las gallinas pongan esos huevos


El acceso al alimento no tiene restricciones. Gallinas satisfechas, gallinas felices.


Eso se llama priorizar el respeto a la forma de vida de los animales por encima de las ganancias y se ve reflejado en las aves: Tranquilas y curiosas se acercaron a nosotros cuando entramos en sus dominios y en ningún momento huyeron, incluso cuando en los ponederos cogimos los huevos aun calientes con nuestras propias manos.

Las gallinas, generosas, pagan los mimos diarios de su dueña en especia: Con huevos "cinco estrellas" en tamaño (muchos con mas de 100 g. de peso) color de la yema (anaranjada, mas voluminosa y densa que los normales) textura de la clara, que blanquea mas rápido al freir y por supuesto en sabor: A años luz de los de las grandes explotaciones avícolas.



El valor de lo ecológico y su precio.


Angela tiene clara la filosofía que impera en su negocio: "Las diferencias socioeconómicas no deben existir a la hora de acceder a alimentos sanos y de calidad" y no está dispuesta a renunciar a ello.
Los huevos de Angela tienen muchos novios, el único problema es que al ser una explotación 100% ecológica la producción está sujeta a los mandatos de la naturaleza, en el sentido más estricto de la palabra: Unos días las gallinas ponen más que otros, en meses de frio menos. Por eso intenta buscar una forma de crecer que sea compatible con sus valores (por ejemplo comprando mas aves a costa del huerto ecológico que ya está plantado dentro de la finca o valorando la posibilidad de vender la carne de sus gallinas para elaborar conservas gourmet) aunque eso le suponga serias dificultades para encontrar un socio que esté en la misma sintonía ideológica que ella.

Y es que los huevos de Ecoavi no tienen problemas para venderse. Es verdad que cuestan mas que los normales y los potenciales compradores se cuestionan si merece la pena: Una pregunta que se contesta sola en cuanto se catan, fidelizando clientela en las tiendas de productos ecológicos y mercados agroalimentarios donde se pueden comprar y siendo demandados en algunos restaurantes de Madrid que han comprobado que la calidad sigue constituyendo un valor seguro cuando hablamos de gastronomía.
En el libro "Somos lo que comemos", considerado la biblia de la alimentación ecológica, sus autores Peter Singer y Jim Mason, reflejan claramente las prioridades del consumidor moderno y la pérdida de su capacidad para elegir de forma lógica: No nos importa pagar mas de cuatro euros en un café del Starbucks, algo que ni siquiera es comida en si misma y sin embargo dudamos en gastarnos la mitad de esa cantidad cuando compramos algún alimento ecológico.
No sabemos en que derivará la decisión de Angela, sería muy injusto calificarla de sueño imposible. Mas acertado encuadrarla como una apuesta segura a largo plazo por la economía local, la protección al medio ambiente, la reducción en el consumo de energía y el impulso a una forma de negocio casi desaparecida pero con mucho futuro.
Desde aquí estaremos muy atentos a su evolución ¡Quien sabe hasta dónde puede llegar!
Hasta pronto: Salud y muchos huevos!