Mucho se ha hablado de la economía verde como una de las posibles formas o de las alternativas al sistema actual que predomina en occidente. Una forma sostenible de aprovechamiento de los recursos escasos que tenemos en la tierra pero con un alto coste de transformación ocasionando, en muchas situaciones, que los productos estén por encima de las posibilidades del ciudadano medio. Una opción que está sonando con mucha fuerza desde hace un par de años es la denominada Economía azul promovida por Gunter Pauli, un emprendedor belga que desde sus inicios de su carrera apostó por un método que fuera totalmente respetuoso con el medio natural y con un bajo coste. Pero, ¿qué es la economía azul? ¿es el modelo definitivo de sostenibilidad?
La economía azul tiene como premisa servirse del "conocimiento acumulado durante millones de años por la naturaleza para alcanzar cada vez mayores niveles de eficacia, respetando el medio y creando riqueza y traducir esa lógica del ecosistema al mundo empresarial". El ser humano tiene que adaptarse e imitar el ambiente de una forma que no dañe su alrededor. Un ejemplo bastante claro serían móviles sin batería que se recargan gracias a la diferencia de temperatura entre aparato y cuerpo humano.
Gunter Pauli, el promotor de la economía azul.
Parece ciencia ficción pero muchas de las alternativas propuestas por el propio Pauli buscan una emulación con los sistemas naturales para ser eficientes en la producción de bienes y servicios que los ciudadanos necesitan. Se trata de aprovechar todo, desde los subproductos hasta el residuo ya que se convierten en oportunidades de negocio. Por ejemplo, para la fabricación de café solo se aprovecha un 2% de los que se extrae y con esta nueva visión podemos darle un uso a ese 98% restante como la plantación de este para la obtención de hongos que servirán para la investigación médica o alimentos para animales.Lo que se intenta es romper el esquema clásico de descubrir oportunidades de inversión yendo más allá, inspirándose en la naturaleza.
Ya que lo verde está siendo un auténtico despilfarro para todo el mundo aumentando los costes salvajemente y mercantilizando los medios gratuitos del ambiente, lo que se pretende con esta visión es buscar la eficiencia y la eficacia imitando sistemas naturales. Desde luego, la premisa está bien servida, pero ¿cuajará en la mente de nuestros empresarios? ¿piensas que es una buena alternativa? Espero vuestras opiniones.