Con lo cual en realidad dijo: Ya lo llevamos a los niveles que pretendíamos cuando se instrumentó el cepo y la culpa se la echamos al mercado financiero.
Lo que todavía no termino de entender fue la frase de cierre del Ministro Kicillof al manifestar serio como perro en bote: Los mismos que nos dijeron durante diez años que el dólar valía un peso son los que hoy nos quieren convencer de que vale trece. Así que saquen sus propias conclusiones.
Y eso (sacar conclusiones) me llevó a utilizar las siguientes ocho horas para entender que la economía argentina siempre fue una pista de ensayo y que la verdad que los asalariados por más que expriman un billete con el fin que les alcance un poco más siempre tienen la sensación que se les escapa de las manos, que desaparecieran como por arte de magia. Algo así:
Un dólar, un peso; que lo parió. Un dólar, trece pesos; que lo reparió.