Cuenta la Historia que el hombre más rico fue Musa I, y tuvo una fortuna de 400.000 millones de dólares a partir de la explotación de oro y sal. Economía.
Rocío Arango Giraldo
Como era musulmán, honró su deber religioso peregrinando a La Meca en el año de 1343, y en su viaje lo acompañaron más de 50 mil personas con 2 kilos de oro cada uno.
Musa I y los viejos magnates como Rockefeller en Estados Unidos, se hicieron ricos a partir del dominio de los recursos naturales. El siglo XX nos ha mostrado la riqueza que nace del conocimiento y el desarrollo de la informática. Pero el siglo XXI habla de la “Economía de la Causa”, que según Fundación Avina, en el Congreso del Instituto Ethos en Brasil, está en función del cambio en la producción y distribución de la riqueza.
La Economía de Causa se vale de la innovación científica y tecnológica para transformar la forma en que se distribuye la riqueza. Esto es posible aumentando el acceso a oportunidades, como lo hacen los esquemas de negocio de bajo costo que masifican productos o servicios para satisfacer necesidades sociales; recursos como el conocimiento, abriendo la oferta educativa a través del internet; y los beneficios o excedentes, distribuyendo equitativamente la riqueza.
Eso es posible, y lo hacen más de 760 empresas certificadas como B en más de 27 países alrededor del mundo en 60 industrias que van desde el ambiente, la tecnología o el comercio. Estas empresas traducen bienes y servicios a necesidades sociales o ambientales. Por ejemplo, desarrollan junto a grandes compañías, formas de satisfacer necesidades sociales o ambientales.
Medellín cuenta con 2 empresas B: Portafolio Verde, una firma de consultoría en innovación para el desarrollo sostenible, incluida en el reporte de responsabilidad social de la Sociedad Americana de Calidad, ASQ por sus siglas en inglés. Las Empresas B tienen una amplia red de trabajo a nivel internacional, prueba de ello es que Portafolio Verde ha trabajado con Starbucks y Disney.
Nuestra otra Empresa B es Hybrytec, dedicada al diseño, comercialización e instalación de soluciones de energía solar fotovoltaica y térmica. Esto a través de soluciones de energía que generan oportunidades de acceso a zonas no interconectadas.
¿Cuando asumimos una apuesta frontal por promover el emprendimiento desde la política pública, vamos dirigidos a emprender desde la “Economía de la causa”?
Hace poco hablaba con una profesora de emprendimiento y me decía que en los currículos universitarios o en los procesos de fortalecimiento empresarial que desarrollan entidades públicas y privadas, no se contempla aún una sensibilización a temas sociales y ambientales.