En 1977 el radiotelescopio “Big Ear” registró una potente señal de radio procedente del espacio profundo. Dicha señal duró setenta y dos segundos y era unas treinta veces más fuerte de las que los astrónomos que trabajaban allí solían escuchar. Dicha emisión quedó registrada en la tira de fondo del telescopio y el empleado que la vio no pudo hacer otra cosa que marcarla con un bolígrafo rojo y escribir a su lado un “wow!” de admiración. Dicha señal proveniente del espacio profundo era inaudita y bien podía ser la prueba del descubrimiento de una inteligencia extraterrestre ; saltaron todas las alarmas y durante los días siguientes se estuvo escudriñando a conciencia el cielo sin que la “señal wow” volviera a aparecer, simplemente se esfumó y ha quedado como uno de los muchos “misterios sin resolver”, alimentando todo tipo de conjeturas y las teorías más disparatadas.
Yendo a la actualidad económica, en los últimos tiempos se nos está bombardeando continuamente con noticias positivas; que si el paro ya no crece, que si la evolución del PIB manifiesta que la recesión ha terminado, y muchas otras. Mientras tanto, Francia parece ser que está entrando o ha entrado en crisis o recesión y otras economías europeas parece ser que siguen la misma senda, de hecho, el duro plan de ajuste presentado por Manuel Valls, primer ministro francés, no tendría sentido si no hubiera el riesgo de recesión. A todo ello, el riesgo de guerra civil en Ucrania y las posibles dificultades en el suministro de gas ruso, que puede encarecer los precios del gas natural, cualquiera que sea su origen; en definitiva, las señales actuales están muy bien, pero en mi opinión no se ha producido todavía ninguna “señal wow” que nos indique, sin lugar a dudas que la recuperación ha iniciado. Alguien me explicó una vez que las crisis podían ser de tres tipos, una “V“, una “U“, o una “L“, dependiendo de la evolución de la bajada y la subida y su rapidez. El mejor caso es la “V” pero en nuestro caso, mucho me temo que estamos ante una “L“, igual que la crisis última de Japón, que también provenía de una burbuja inmobiliaria y que comparte muchos aspectos con la que nosotros vivimos actualmente.
Sea como sea, la recuperación económica precisa de señales y pruebas más solidas que las actuales; mientras tanto, está muy bien que recibamos noticias económicas positivas pero personalmente me alegraré mucho cuando aparezca una “señal wow” de la recuperación real. Será una gran noticia.