Ecosistemas de agua salada, influencia humana

Publicado el 06 agosto 2013 por Joseleg
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Ecosistemas de agua salada, influencia humana
Debido a que el océano es tan basto, resulta complicado visualizar que las actividades humanas puedan afectarlo, más aun lastimarlo, sin embargo sí que son capaces de hacerlo.
Ciudades, desechos industriales, agricultura alrededor de las costas, eutrofización, deforestación de ecosistemas filtro como los manglares, pastos oceánicos, bosques de algas y arrecifes de coral son solo algunos de los problemas que debe enfrentar el océano en sus líneas costeras. Los ecosistemas marinos reciben polución de los ríos y de contaminantes atmosféricos. Millones de toneladas de basura, pesticidas, redes de pesca, plásticos no biodegradables terminan en las costas y los ecosistemas marinos. Algunos desechos de plástico como los paquetes de cerveza se atoran en los peces y los asfixian.
Estos compuestos químicos son susceptibles de bioacumulación a través de las redes tróficas hasta depredadores como el atún, los cuales luego terminan en nuestras mesas como una suerte de venganza de la naturaleza. La minería y la extracción de petróleo, por no decir que los desastres de derrames de crudo al mar han arrasado enormes porciones de ecosistemas que se recuperan muy lentamente. La pesca moderna está muy mecanizada y es demasiado eficiente, arrasando con cardúmenes enteros sin que estos tengan el tiempo para recuperar sus números. Algunas naciones cazan ciertas determinadas especies no por su valor alimenticio sino porque son delicadeces culinarias, como los tiburones y las ballenas. Lo anterior ha provocado que muchas especies estén en peligro de extinción entre las que destaca el gran rorcual azul.
Tal vez el contaminante más peligroso del océano es el dióxido de carbono en el aire, ya que este al entrar en contacto con el agua se transforma en ácido carbónico, lo cual incrementa la acidez de los océanos superficiales, esto a su vez puede afectar el equilibrio salino alterando el delicado equilibrio de las corrientes oceánicas que mantienen en equilibrio el clima del planeta.
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