Por eso, nada más llegar, he hecho mi lista de intangibles, de todo lo que he aprendido de estos amigos con los que he compartido 54 horas.
Y me he dado cuenta que no hay problema o preocupación que un par de "gins" al amparo de una buena conversación en un bar de Madrid no puedan solucionar, que los viejos amigos, si son de verdad, te despertarán a las 3:00 de la mañana para ver como estás y que aunque pensaba que en Google todo el mundo trabaja sonriendo y sin estrés... no es más que una leyenda urbana, (viven con el mismo o más estrés que los mortales ;-)), pese a las mesas de ping pong y los futbolines.
¿Vosotros ya habéis hecho vuestra lista ;-)?