En torno al 5-3-2 para intentar economizar esfuerzos, los réditos llegaron pronto en forma de penalti a Rodrigo Palacio. El colegiado paraguayo Enrique Cáceres pudo haber expulsado a Domínguez al ser el último jugador, pero no quiso condicionar tanto el partido –apenas se había cumplido un minuto de juego- y consideró que el penalti era suficiente castigo. No perdonó Agüero, engañando al portero rival batiéndolo por su lado derecho.
La situación era la ideal para Argentina, con una ventaja que nunca hubiera presumido tan temprana. Ecuador, de quien se esperaba que tomara el mando en su propia casa, se vio obligado a remar contra corriente.
La prisa duró apenas un cuarto de hora para Reinaldo Rueda y sus jugadores. Las dudas de Romero en un centro desde la banda izquierda hicieron que el balón llegara manso a la cabeza de Castillo, que sólo tuvo que empujarlo para establecer el empate. El susto había quedado minimizado para Ecuador.
Los recursos de Argentina, dada la dureza del encuentro, se limitaban a las incursiones de Di María y Agüero desde lejos, pero Domínguez fue ganando en seguridad y los disparos lejanos apenas tenían consecuencias peligrosas para la afición del Olímpico Atahualpa.
Poco a poco, liderados por Caicedo en la punta de ataque, los ecuatorianos cercaron la muralla de cinco hombres formada en torno a Romero, y Argentina se vio apurada en más de una ocasión para mantener este resultado, positivo a pesar de todo para sus intereses mundialistas.
Ya en la segunda mitad, y viendo que los ataques locales no amainaban, Alejandro Sabella tuvo que tirar de Leo Messi, que sustituyó a un derrengado ‘Kun’ Agüero. Rueda, en el otro banquillo, contemplaba la situación con tranquilidad y sin tanto apuro en los cambios. Saritama e Ibarra fueron los dos primeros jugadores de refresco que empleó el seleccionador ecuatoriano, buscando más toque y profundidad en el ataque.
En altura, el último cuarto de hora es crítico para el equipo menos acostumbrado a semejantes exigencias de esfuerzo. Alcanzada esta fase, Ecuador era claro merecedor de la victoria, pero sus ocasiones eran malogradas por Caicedo y Rojas, cuando no detenidas por Romero o despejadas por la zaga argentina.
Apareció entonces la polémica, cuando Mascherano protagonizó una tangana de gran magnitud ocasionada por soltar una patada al camillero cuando lo retiraban, teóricamente lesionado, del terreno de juego. Esto alargó el partido varios minutos, pero el resultado ya no se movería. El sabor de boca final para Argentina es amargo, más aún tras la infantil expulsión del ‘Jefecito’, pero el punto obtenido en Quito no deja de ser un paso más en la sólida senda que Sabella está construyendo rumbo a Brasil.
La ficha del partido
Ecuador: Domínguez; Paredes (Ibarra, 70’), Guagua, Erazo, Ayoví; Castillo, Noboa (Saritama, 68’), Montero, Valencia; Caicedo y Rojas (Anangonó, 90’).
Argentina: Romero; Peruzzi, Garay, Fernández, Basanta, Rojo; Mascherano, Banega (Biglia, 75’), Di María; Palacio (Braña, 89’) y Agüero (Messi, 61’).
Goles: 0-1, Agüero, de penalti (4’); 1-1, Castillo (17’)
Árbitro: Enrique Cáceres (PAR). Amonestó a Domínguez, Di María, Caicedo, Fernández, Garay, Saritama. Expulsó a Mascherano por roja directa.
Estadio: Olímpico Atahualpa.