Ecuador, Mercosur, Unasur y Julian Assange:

Publicado el 17 agosto 2012 por Colombatto

Hace medio año atrás decía en una nota que para nosotros “los británicos… los británicos son piratas”.

Hace apenas un mes (”Los chambones del Mercosur”) sugería que quien negocie con esta gente “antes debería por lo menos conseguirse una espada y ponerse un parche en un ojo, para así simular que la relación parezca equitativa”.

Ahora, el gobierno ecuatoriano está inmerso en un berenjenal por alojar/proteger al fundador de Wiki Leaks. El canciller Ricardo Patiño, el 15-08 denunció amenazas telefónicas y por escrito del gobierno británico “de asaltar nuestra embajada en Londres”, cuando Assange ya lleva casi dos meses allí refugiado (desde el 19 de junio).

La decisión ecuatoriana se sustenta en el derecho internacional de asilo y ya el mundo sabe que la vida de Assange corre peligro si cae en manos británicas/norteamericanas.

Patiño informó que desde la embajada ecuatoriana ya se solicitó a Gran Bretaña que “ofrezca el salvoconducto” para poder asegurar la salida de ese país de Assange y ser trasladado a Ecuador, pero más allá de las comunicaciones oficiales, la cancillería ecuatoriana deberá tomar como punto prioritario con qué clase de gobierno está negociando.

En esta línea de pensamiento preventivo, el canciller Patiño salió por los medios de difusión en la noche del día 15 avisando que convocaba a Mercosur y Unasur para que protejan la posible invasión sobre territorio ecuatoriano (su embajada en Londres) y está muy bien, pero hay que poner condiciones.

Se me ocurre que los piratas del orbe no se van a preocupar por declaraciones -escritas como verbales- pues tienen sobrada experiencia en violarlas o desconocerlas cuando se les antoja (Malvinas es nuestra experiencia más cercana). Entonces deberían apretar donde a ellos sí “les duele”, y es en la economía.

Mercosur y Unasur podrían advertir que si ocurriera cualquier acción concreta contra las instalaciones de la embajada ecuatoriana y/o cualquier persona vinculada directamente con esa extensión de territorio ecuatoriano, los países integrantes de Mercosur y Unasur interrumpirían las relaciones económicas con el país agresor, valga esto desde la misma embajada ecuatoriana hasta el momento en que Assange ingrese efectivamente al país del Ecuador.

Para asegurar esta resolución, Unasur debería destacar naves -no necesariamente de gran porte- de cada país miembro que llegaran hasta Londres a rescatar a Assange y trasladarlo vía marítima. Largo y riesgoso viaje, claro. Otra opción más sencilla y expeditiva sería un avión con tripulación representativa de Unasur y como pasaje un pelotón de soldados con iguales características.

Hasta aquí lo visual (personas representando una docena de países), que a los piratas en nada les va a preocupar. Pero la amenaza paralela de perder negocios con 500 millones de habitantes, eso sí que les va a borrar la sonrisa.

El conflicto de Assange servirá impensadamente para engrosar las evidencias de que los anglosajones son hoy los mayores violadores de los derechos humanos y a su vez servirá para reforzar una vez más las resoluciones monolíticas en Suramérica, como contra espejo de lo que viene ocurriendo dentro de la Liga Árabe, donde una y otra vez está yendo en contra de algunos de los países integrantes.

En la noche del día jueves 16 el gobierno ecuatoriano denunció amenaza de invasión británica contra su embajada y que ya se había acordado una reunión urgente de Unasur para el siguiente domingo. Otra vez lerdos los miembros de este supragobierno. Espero equivocarme, pero para el domingo los piratas puede que ya hayan actuado y esta historia será similar a lo ocurrido en Paraguay.

Este es un conflicto testigo de que, como dice cierto periodista porteño, “nunca estamos demasiado lejos”.

Luis Colombatto