Edén en Camarasa

Publicado el 29 junio 2021 por Monpalentina @FFroi

Templo de San Miguel | Camarasa

Camarasa Fontllonga, o simplemente Camarasa, es un municipio de Lérida situado en la comarca de la Noguera al que me arrastraron en un lejano mes de noviembre de 2014.

Su castillo, del que restan algunos muros, fue entregada en 1048 por Yüsuf al-Muzaffar a Ramón Berenguel I que lo cedió a Arnau Mir de Tost a cambio de tributo. Repoblado por el conde del lugar, Ermengol VII de Urgel, no obstante permaneció en posesión del conde de Barcelona hasta que en 1330, Alfonso el Benigno fundó el marquesado de Camarasa del que su hijo Fernando fue el primer titular hasta que tras su muerte, el marquesado retorna a la corona quien la entrega a Martín I de Aragón en 1368. Martín lo cede en 1392 a su esposa María de Luna y ésta lo acaba vendiendo a la paería de Lérida en 1396.

Su templo románico consagrado a San Miguel se ubica en lo más alto de la localidad y al pie del castillo. De ahí que unas veces lo veamos referido como San Miguel del Castillo y otras como San Miguel de Fontllonga.

Sus ruinas corresponden a una construcción de finales del siglo XII y mediados del XIII, incluyendo elementos góticos de reformas posteriores. Inicialmente de una sola nave coronada por un ábside semicircular a levante con gran transepto, fue reformada en su parte norte con capillas laterales.

Su ábside dispone de arquillos con guardapolvos que alberga tres ventanas de doble derrame coronadas por alero que refugia canecillos muy deteriorados.

La parte anterior del templo ha desaparecido y solo queda el presbiterio y la nave lateral.

Su interior habla de monumentalidad. Su aparejo de sillares de singular irregularidad y la cuidada factura de su bóveda nervada certifican la grandeza e importancia pasada que hubo de tener.


La "clau de volta" no es circular sino cuadrada, y presenta una curiosa figurita que recuerda a representaciones navarras de San Miguel.


Su cuidada cenefa


y la maestría de sus capiteles impresionan.

pues pese a encontrarse maltratados por la secular erosión


pregonan la calidad de sus artífices


Y no quedándose contentos al echar en falta algunos capiteles, no se les ocurrió idea mejor que volverme a meter en el coche y arrear a Barcelona para que viera en el MNAC los del pilar del lado sudoriental que faltaban: el del Sacrificio de Isaac


Aquello, ahora me parece que era como premonitorio.